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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“La petición es trabajar en condiciones adecuadas, a lo que ahora tenemos de la pandemia, es imposible trabajar como lo hacíamos antes”, dijo Lucía (nombre ficticio), quien trabaja en uno de los establecimientos clínicos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), por lo que solicita a las autoridades reformular las actuales disposiciones.
“Estamos –porque es imposible–sin guardar la distancia, no todas las oficinas tienen lavamanos, hay que desplazarte a otras áreas y entras en contacto y en los centros de atención que son pequeños, como en el caso nuestro, la sobrepoblación de compañeros trabajando no cumple los requisitos para que todos trabajemos, es como una bomba de tiempo”, afirmó.
La Subdirección General del Instituto del Seguro Social (ISSS) giró una serie de medidas para sus trabajadores, quienes prestan servicios a sus derechohabientes, con el objetivo de resguardar la salud de todos y todas y prevenir el contagio de la COVID-19.
Entre las directrices manda la planificación de las actividades asistenciales del personal para atender servicios esenciales de los derechohabientes. Y preparar un cronograma con horarios y turnos de los trabajadores de cada establecimiento de salud.
“Han enfatizado en las medidas de prevención y todos andamos con tapabocas, algunos con lentes como la gente que está en las emergencias, otros con caretas, no de las que da el ISSS, sino las que han comprado de su bolsillo; pero hay ausencia de Equipo de Protección Personal (EPP), porque se le está dando prioridad a los hospitales y emergencias; gente que no está en la emergencia, que están en las clínicas que el único contacto son las enfermeras que tienen que entregar medicamentos a los pacientes que son evaluados por trabajo social a la entrada y se confirma las citas y se pasan para que les den todo lo de medicina repetitiva, solo está suspendida la consulta externa, pero hay mucha gente”, consideró. Autoridades del Seguro Social han definido que esos horarios deben procurar estar ajustados con “horarios escalonados”, cambios de horarios, trabajos rotativos en las diferentes dependencias que atienden a derechohabientes.
“El personal en donde trabajo son aproximadamente 300 empleados, con diferentes horarios, pero ahora todos estamos aquí, en su horario de trabajo, desde allí hay un hacinamiento y, si a eso agregamos que no puede cumplir los dos metros de distancia, como pide la misma institución, sino que gente está trabajando a menos de un metro, y en las áreas de griparios que se atienden casos de COVID-19 y de casos con síntomas, más la emergencia, es la mayoría”, dijo.
Agregó que quienes han querido protegerse más, ha comprado sus caretas. “Tenemos ausencia de la ropa que se usa y que todos deberíamos andar en prevención como los gabachones, pero la carencia es por la necesidad que hay en los hospitales, y se ha despojado de algunos instrumentos que se han mandado en calidad de préstamo por la alta demanda hospitalaria. La consulta externa sigue suspendida; entonces, por tanto, no vemos el objeto a que vengamos todos y estemos acá amontonados y sin cumplir lo básico, que es el distanciamiento; podemos estar a dos metros y la persona sin mascarilla, no hay problema, mientras no haya viento”, comentó.
Para Lucía, el problema de que no exista una “Ley de Emergencia” incide en la situación de exposición al virus COVID-19 en su establecimiento de salud, ya que las condiciones de muchas clínicas es grave, porque no tienen ventanas y las que tienen aire acondicionado lo consideran contraproducente, porque es aire reciclado y circulando.
