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Por: Rolando Alvarenga
Una de las claves del éxito del deporte cubano es la efectiva distribución de su presupuesto estatal deportivo, sacándole el máximo jugo a cada dólar y, localmente, el éxito de Enrique Molins en la presidencia del INDES descansó en que la aprobación de la plata estatal siempre estuvo condicionada a resultados.
Dicha política le permitió la producción de una buena cantidad de atletas de alto rendimiento (que a estas alturas ya se acabaron) y, además, ganar muchas medallas y proyección internacional. El preámbulo anterior viene al caso para llamar la atención de la actual cúpula del INDES, para que, antes de aprobar los presupuestos 2021, condicione a las federaciones a resultados y producción de atletas de alto nivel.
Y es que, desde que se fue Molins, han pasado los años con cualquier cantidad de millones de dólares aportados al deporte para no ser, como país, ni siquiera primeros en Centroamérica.
Irresponsablemente se ha despilfarrado una millonada, empezando por el fútbol que, entre las gestiones de Isussi, Rodríguez y los dos primeros años de Quezada, recibió no menos de quince millones de dólares para que hoy en día no tenga nada en cuanto a infraestructura y menos en selecciones competitivas.
De hecho, el fútbol ha caído tan bajo que, después del reciente sorteo de la CONCACAF, no está seguro de poder sobrevivir al “Triángulo de las Bermudas”, cuando hace años los caribeños eran “viaje de agua”.
Por ello, con la autoridad que ostenta el INDES, debe cerrar los chorros de la generosidad presupuestaria para con las “federaciones estériles o por gusto” para marcar y dejar un buen legado en política financiera. ¿Qué le parece?
