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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El padre Francisco Cartagena presidió la misa de este domingo en la Cripta de Catedral Metropolitana de San Salvador, en la homilía dijo que cambiar a los otros para que estén en el camino de la salvación no es una tarea fácil, ya que implica muchas veces nadar contra corriente y esfuerzo. Cartagena recordó que Monseñor Romero hacía alusión de lo que San Pablo Sexto decía, sobre ese pecado estructural que existe en la sociedad, donde cada uno como ciudadano tiene repercusiones directas en la vida cotidiana de los demás. Por ejemplo, dijo Cartagena, un funcionario público, un profesor, un doctor, un jornalero, una ama de casa o un buen padre de familia puede influir sobre el actuar de otros.
“Cuando no hemos sabido identificar la misión que tenemos en estos ámbitos de nuestra realidad, difícilmente podremos cambiarla y cortar de raíz ese pecado que nos hace cómplices muchas veces, por eso es muy importante saber actuar coherentemente”, dijo el padre durante la homilía.
El líder religioso sostuvo que si se actúa con egoísmo, “difícilmente podremos hacer que el otro cambie, pero si lo hacemos con una auténtica calidad y que nos impulse a encontrar una verdadera justicia, podremos cambiar también nuestra realidad. Una realidad, muchas veces, llena de odio”.
“Tenemos que aprender a ayudar a ese hermano más débil de la comunidad, precisamente porque es el más débil y tenle paciencia; a veces quisiéramos que vayan aceleradísimos porque nosotros podemos dar una velocidad de 100, pero hay algunos que el marcador les llega hasta 20, y no van a poder acelerar hasta 100 nunca, pero tú si puedes dar más, bajale y acompaña a ese hermano que necesita de ti y de mí para que pueda ser mejor, para que pueda cambiar”, instó el padre en referencia a que se debe acompañar a otros en el camino de la salvación.
Cartagena aclaró que no se puede corregir a nadie con ira o rencores, porque se dañará al otro y la historia se repetirá una y otra vez, “si tú tratas mal a alguien, esa persona te va a responder mal, pero si tú la tratas con caridad, se logrará que esa persona cambie, porque contra la caridad no hay quien pueda, con el odio sí porque produce más odio y se va a seguir fomentando más y más, pero la caridad lo vence todo, pero no lo podemos hacer si no hacemos oración”.
