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Las reiteradas cancelaciones y reprogramación de la Vista Pública, en el Juzgado Segundo de Sentencia de Sonsonate , ha generado preocupación a las organizaciones de Pueblos Indígenas, de Derechos Humanos y Ambientalistas.. Foto: Diario Co Latino /Cortesía.

Tacushcalco, sitio sagrado e histórico en el limbo del Sistema Judicial

Redacción Nacionales

@DiarioCoLatino

“El presidente Nayib Bukele dijo que iba a apoyar a la población más vulnerable. Y nosotros somos esa población vulnerable y olvidada, como los Pueblos Indígenas, por eso pedimos que Tacushcalco sea un Parque Arqueológico, y preserven los sitios sagrados”, exigió, María del Carmen Cabrera, quien integra el Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño (CCNIS).

Las reiteradas cancelaciones y reprogramación de la Vista Pública, en el Juzgado Segundo de Sentencia de Sonsonate ha generado preocupación a las organizaciones de Pueblos Indígenas, de Derechos Humanos y Ambientalistas, al considerar que pasan ya, los cuatro años sin que el proceso penal contra la empresa Fénix S.A de C.V. , por la destrucción de una parte del sitio ceremonial Tacushcalco y la contaminación del río Ceniza aun no recibe justicia y resarcimiento por los daños.

“No vamos a conciliar. Y pedimos ( al Juzgado Segundo de Sentencia) la Vista Pública, en donde la empresa cancele los daños ocasionados al sitio ceremonial de Tacushcalco. Y quisiéramos que se construya un parque en donde podamos reaprender de nuestros antepasados y conocer todas las ceremonias ancestrales, eso queremos”, agregó Cabrera, residente en el cantón Agua Zarca, municipio de San Antonio del Monte, Sonsonate.

Las organizaciones reiteraron el mensaje que Tacushcalco es un lugar sagrado dentro de la “Cosmovisión de los Pueblos Indígenas”, que según datos históricos tiene 3 mil años de antigüedad, su preservación es urgente por su relación con la “identidad cultural indígena” y el devenir de la actual sociedad salvadoreña.

“La omisión de protección cultural y ambiental de Tacushcalco ha permitido el actuar impune de una parte del área arqueológica y la contaminación del Nejapan (río Ceniza) por las descargas de aguas grises y negras del proyecto urbanístico, que caen directamente en el cauce del río, sin ningún tratamiento”, denunció Cabrera.

Hugo Díaz, arqueólogo consultor de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), consideró que la destrucción de estos vestigios materiales de más tres mil años, era incuantificable por la pérdida del tipo de herencia que contiene.

“El sitio Tacushcalco tiene ocupación Maya y Nahua, y ambos asentamientos han sido desbastados sistemáticamente por la construcción de vivienda sobre el mismo. Y sobre la detención del proyecto urbanístico, se hizo, porque ya se terminó de construir y hay una segunda etapa de la misma urbanización al Este de la zona en proceso, en un terreno que cabe mencionar, está intervenido desde el 2017, es decir, aunque se hagan estudios arqueológicos es difícil porque el subsuelo ha sido alterado en su máxima expresión”, explicó.

En cuanto a su clasificación de “Bien Cultural”, por un acuerdo Ejecutivo de 1997, y declarado en el año 2019, como “Área Protegida”, las 500 manzanas de Tacushcalco, ha sido violentadas y su caso se encuentra en impunidad judicial.

“Los Pueblos Indígenas son los especialistas, que basados en su cosmovisión identifican sus lugares sagrados, y por qué son lugares sagrados, ningún cientista social puede determinar las características, sino los pueblos indígenas. Y Tacushcalco constituye un bien -Biocultural- , donde la naturaleza y cultura constituyen una unidad inseparable”.

“Creo los Tatas y Nanas pueden explicarlo mejor, porque desde el occidentalismo de nosotros es difícil concebir como el ser humano no es el centro del desarrollo social, sino que es el entorno con sus distintos elementos forman parte de lo histórico. Y al dañar Tacushcalco se pierden valores sociales, culturales, científicos, pero principalmente, se desconecta a la ya dañada identidad indígena que tenemos y la justicia es para preservar estos tres mil años de ocupación histórica”, manifestó Díaz.

“Queremos pronta y cumplida justicia”, alegó, Nicolás Sánchez, integrante del Movimiento de Unificación Indígena de Nahuizalco, al comentar que las reprogramaciones de la Vista Pública, contiene componentes de impunidad en favor de la empresa urbanística, más que el respeto al sitio ceremonial.

“Nos han dicho muchas veces, que es por la salud de la jueza, pero creemos que esta indiferencia de las instituciones que están para salvaguardar el patrimonio cultural, quieren favorecer a la empresa Fénix”, aseguró.

Igual lectura realizó Román Cartagena, del Movimiento Tacushcalco, ante lo que calificó de “negociaciones para conciliar” de la empresa urbanística que dañó el bien cultural del sitio Tacushcalco.

“Con fundamento en la Constitución de la república, la Ley de Medio Ambiente y la Ley de Protección al Patrimonio Cultural, esperamos dada la magnitud del daño ocasionado, se tomen medidas necesarias para dignificar este espacio sagrado y científico al cambiar el uso de las viviendas construidas ilegalmente en el área protegida. Como Pueblos indígenas estamos en resistencia por nuestro patrimonio cultural”, indicó.

Este caso es paradigmático, afirmó Alejandro Labrador de la Unidad Técnica de la UNES, al señalar las fallas de la institucionalidad en su obligación de proteger y preservar los Bienes Culturales del país. Así como, la incapacidad ambiental de evitar la contaminación del río Ceniza, que recibe la descarga de aguas negras de la urbanización que invadió el sitio Tacushcalco, en Nahulingo, Sonsonate.

“La justicia por cuarta vez ha postergado el acercamiento de la justicia a este caso, y se posterga hasta septiembre contra la empresa constructora, y es una manera de seguir dilatando el derecho a la justicia y dignidad de Pueblos Indígenas, de las comunidades y organizaciones sociales que reconocemos que en la Cuenca Sensunapán – Banderas, existe una degradación que compromete la biodiversidad y la calidad de vida de las comunidades que viven río abajo”.

“Tenemos una discusión de una Ley de Agua en este momento, y uno de los principios está el enfoque de cuenca, que son problemas que debe solucionar una buena Ley General de Aguas, de no hacerlo los conflictos ambientales y socio culturales, como el caso de Tacushcalco se deben abordar. Y un conflicto como este es sin dudar un -parte de agua- de la deuda institucional con la población”, puntualizó Labrador.

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