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César Villalona
1. Hay que aclararle a la ANEP que el recargo de 13% a la tarifa de energía no es un impuesto ni una contribución, pues los tributos los aprueba la Asamblea Legislativa y los recauda el Ministerio de Hacienda, es decir, nutren el presupuesto del Gobierno Central, no de las instituciones autónomas.
2. El recargo a la tarifa de energía eléctrica ingresará a la CEL, una empresa autónoma del Estado que subsidia la energía de 1.2 millones de hogares por un monto que supera los 100 millones de dólares.
3. Antes de valorar el impacto de la medida, hay que recordar que en 2015 hubo un recorte de 26.3% en la tarifa eléctrica y entre enero y abril de 2016 se hicieron dos recortes, uno de 18.8% y otro de 15.9%. Acumuladas, las tres rebajas dan 61%. Pero como los últimos recortes son sobre tarifas menores, la reducción acumulada es de 51%. Para decirlo con un ejemplo, un hogar que pagaba $100 dólares por consumo de energía hoy paga 49.
4. El siguiente cuadro muestra el ahorro en el costo de energía por sectores, como resultado de los recortes del año pasado y de este año.
El Salvador: Ahorro en el costo de energía
en 2015-2016
Sector de consume Ahorro
(millones de dólares)
Industrias 144
Residencial (hogares) 116
Sector público 64
Comercio y Servicio 36
Bombeo de Agua 28
Alumbrado Público 12
Total 400
Fuente. Consejo Nacional de Energía
5. Como se ve en el cuadro, los hogares se ha ahorrado 116 millones de dólares. Y, obviamente, cuando las familias gastan menos en energía, destinan más dinero a la compra de bienes y servicios de las empresas, salvo las familias con capacidad de ahorro. O sea, el dinero que dejó de percibir la CEL quedó en manos de las familias, las cuales lo trasladaron a las empresas cuando les compraron bienes y servicios. Dicho de otro modo, la CEL no solo les transfirió dinero a los hogares, sino también, de manera, indirecta, al sector empresarial.
6. El cuadro también muestra que el sector industrial se ahorró 144 millones de dólares. En este caso, el traslado de dinero de la CEL a las industrias fue directo. Y, obviamente, las mayores beneficiadas fueron las industrias de la oligarquía, que son las que más energía consumen. Sin embargo, como las industrias no redujeron los precios de sus productos ni subieron los salarios de su personal, los millones que le trasladó la CEL son pura ganancia de sus dueños. Lo mismo vale decir de los comercios y otros negocios.
7. Es justo que el Estado apoye a los hogares y a las empresas pequeñas, pero no es justo que la oligarquía se gane millones de dólares a costa de la CEL y siga vendiendo igual y pagando mal. Por eso es necesario que el Estado disponga de mecanismos que les permitan intervenir en los precios. Por supuesto, para los neoliberales es un pecado fijar precios. Pero nuestro gobierno no es neoliberal. Y el pueblo tampoco.
8. Veamos algunos ejemplos del movimiento de las tarifas:
a) El 70% de los hogares no recibirán ningún impacto, pues están subsidiados por el Estado.
b) Un hogar de buenos ingresos, que hace poco más de un año pagaba una factura de 100 dólares, con los recortes que se han dado hoy paga 49, pues la factura se redujo 51%. Con el aumento de 13%, la factura subirá a 55 dólares, mucho menos de lo que pagaba antes de los recortes. El aumento de 13% sería de apenas 6.4 dólares (21 centavos diarios). Ese hogar ni se daría cuenta del aumento.
c) Un hogar que pagaba 20 dólares al mes hoy paga 10 dólares. Con el aumento de 13% pagaría 11 dólares con 30 centavos, o sea, apenas 1 dólar con 30 centavos al mes, que al día serían 4 centavos.
d) Una empresa pequeña, que pagaba 500 dólares al mes, hoy paga 245. Con el aumento de 13% pagará 277. El cambio no es drástico y deja la factura muy por debajo de como estaba antes de los recortes.
e) Una industria grande, de un oligarca, con una factura de energía mensual de 20,000 dólares, hoy paga 9,800. Con el aumento de 13% pagaría 11,074, mucho menos que antes.
9. Es correcto que la CEL procure aumentar sus ingresos, los cuales invertirá en la generación de más energía hidroléctrica y en proyectos de energía solar y eólica, que son fuentes de energía limpias, baratas y renovables. El cambio en la matriz energética, altamente dependiente de la generación térmica, ya está en camino y no debe detenerse.
