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Sí, hay que deducir responsabilidades

Lamentablemente, sovaldi la falta de la difusión de los resultados del escrutinio preliminar electoral ha sido, rx sin lugar a dudas, el punto negro del proceso electoral del domingo pasado. De ahí, que las críticas que aún se escuchan contra el Tribunal Supremo Electoral (TSE), no pueden más que ser aceptadas por los magistrados del ente colegiado.

De ahí que, desde la madrugada del lunes pasado, los magistrados han reconocido los grandes yerros, y pedido disculpas una y otra vez.

Menos mal que, como también ha quedado claro, la credibilidad de los procesos electorales no dependen necesariamente de lo que informe o no el TSE, sino del aparato encargado de la defensa del voto de parte de los partidos políticos.

Y es que, en cada una de las Mesas Receptoras de Voto, hay personal de los partidos políticos en contienda, que son quienes se encargan de que el proceso sea lo más cristalino posible. Por eso es que nos causó mucha indignación, en las elecciones de marzo del año pasado, cuando irresponsablemente Norman Quijano y la cúpula del partido de derecha se negaba a aceptar su derrota y acusaba al TSE de haber fraguado un fraude, a pesar de que, en aquella ocasión, cada ciudadano seguía el recuento preliminar a través de las pantallas de su televisor o sus computadoras.

Esta vez fue distinto, los salvadoreños no pudimos observar momento a momento ese proceso, debido a fallas técnicas, que al parecer fueron provocadas por personal perverso dentro del mismo TSE o de la empresa encargada de la difusión de la información. Pero, pese a esto, nadie habló de fraude porque, en el recuento de las papeletas, a partir de la 5:00 de la tarde, luego de cerrarse la votación, ahí estaba un mar de hombres y mujeres, con los colores de sus partidos políticos, vigilando que el voto ciudadano no fuera manipulado.

Y más allá de la responsabilidad que hayan tenido las irresponsables resoluciones de la Sala de lo Constitucional al imponernos de la noche a la mañana el voto cruzado, que esperamos haya sido un fracaso, lo cierto es que el TSE lo que debe revisar y deducir responsabilidades es sobre la garrafal falla en la difusión de la información.

En la mira hay dos responsables identificados, el primero, la empresa que fue contratada para la difusión. Y es que la falta del cumplimiento de ese contrato, debe ser castigado duramente de acuerdo a nuestras leyes. Esperemos que el TSE logre poner una, acertadamente, demanda contra esa empresa que desde la opinión pública es más que irresponsable. Y, el segundo, es el personal del TSE, que según el magistrado Presidente del ente colegiado, Julio Olivo, fue producto de un sabotaje.

La acusación del magistrado Presidente, sin lugar a dudas es grave, que si logra presentar las pruebas, al o a los responsables debe caerles todo el peso de la ley.

Estos errores, que mantuvieron en zozobra a la ciudadanía, deben permitir a los magistrados del TSE la limpieza de la institución, dado que, el personal de confianza de las autoridades ya no debe ser tal.

Pero, lo más importante es que el TSE haya aprendido la lección, y le garantice al pueblo salvadoreño, en el futuro, la información oportuna de los resultados electorales.

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