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Sara Bernal, docente del Departamento de Psicología de la Universidad de El Salvador (UES) explica que la cuarentena podría generar efectos negativos en la salud mental de algunas personas, estas consecuencias pueden ser desde la afectación en las emociones y conductas de negación sobre la situación de emergencia por el nuevo coronavirus (COVID-19).
La situación de confinamiento también puede desencadenar otros efectos más graves en la salud mental de las personas, entre estos destacan: cambios de estados de ánimo, estrés, depresión, tristeza, ansiedad, pánico, baja autoestima, ira, desesperanza, frustración, violencia intrafamiliar y de género, trastornos de sueño y problemas de comunicación al interior del grupo familiar, entre otros.
Bernal enfatizó en que la cuarentena tiene un impacto diferente en la salud mental de cada persona, ya que cada individuo tiene una percepción diferente de las cosas, del mundo, de cómo se interpreta, cómo se siente, los umbrales o tipos de percepción que tienen de la realidad, de lo que pasa, de cómo lo analizan o relacionan con hechos anteriores.
La psicóloga recalcó que el grado de afectación varía en relación a si existe una conducta de aceptación o rechazo ante la pandemia del COVID-19. Asimismo, indicó que los efectos negativos a la salud mental se producen ante la falta de socialización de las personas y la interrupción de su rutina diaria.
Esto se agrava cuando al interior del grupo familiar ya existen problemas anteriores, falta de comunicación, hacinamiento y falta de acceso a recursos, como los tecnológicos, que faciliten el esparcimiento de las personas. Lo que provoca un deterioro en la armonía y la vida en familia.
Para Bernal, en el diario vivir la salud mental de las personas se ve afectada por el entorno social, político y económico del país, por lo que consideró que en tiempos de crisis como el que se vive en la actualidad, “resulta imposible creer que no se producirá una afectación”.
La psicóloga recomendó que para disminuir los efectos negativos del confinamiento, además de distraerse en actividades productivas, se debe enfocar en la necesidad de “sensibilizarse y racionalizar lo que está pasando y para eso debemos estar informados, porque si estamos desinformados, mal informados, eso agrava la situación, porque entonces tenemos una falsa percepción de lo que está pasando y caemos en la trampa de las noticias falsas que nos llegan”.
Debido a que la depresión es uno de los problemas de salud mental más frecuentes, Bernal indicó que entre los síntomas están el desgano, la apatía, el pánico, la tristeza, episodios de llanto, exceso de sueño o falta de sueño, interés desmedido por conocer las cifras sobre la pandemia.
En estos casos, recomendó prestar atención al comportamiento depresivo y buscar ayuda, ya que la depresión es uno de los signos previos al suicidio. “La desesperanza, la frustración por el encierro, sumado a la falta de trabajo, incapacidad por obtener recursos básicos para el sustento de la familia, falta de acceso a recursos, pueden provocar que la persona tenga ideas suicidas o intente quitarse la vida. Por eso es importante detectar a tiempo estos síntomas”, recalcó.
Para evitar consecuencias graves en la salud mental de las personas, la académica propuso que en los pueblos y lugares menos poblados se haga un levantamiento progresivo de la cuarentena, tomando en cuenta las medidas de prevención.
Bernal afirmó que posterior a la pandemia se presentarán “conductas postrauma”, a causa del encierro, para lo cual propone que desde el Ministerio de Salud (MINSAL) se elabore un censo para atender a pacientes con problemas de pánico, depresión y violencia de género.
