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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Las organizaciones aglutinadas en el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP) consideran necesario suspender el Estado de Excepción, para garantizar que las elecciones sean justas, libres, democráticas y con plena vigencia de los derechos constitucionales.
Fran Omar Rodríguez, representante del BRP, también pidió la nulidad de las leyes aprobadas recientemente que reducen a 44 los municipios y a 60 las diputaciones, porque son decisiones políticas, las cuales forman parte de una estrategia del partido gobernante, concebida años atrás para perpetuarse en el poder.
“En una resolución especial la Sala impuesta abrió el camino a la reelección presidencial y en simultáneo el TSE la respaldó, la Asamblea aprobó una nueva ley de sufragio en el exterior, modificando la circunscripción de San Salvador; se introducen dos sistemas diferentes y otras irregularidades, y se modificó el calendario del Registro Electoral”, expresó.
Asimismo, indicó que se debe anular la resolución de la Sala Constitucional que habilita la reelección continua, prohibida categóricamente por la Constitución; además, es necesaria la neutralidad del Estado en el proceso electoral, en especial, de las fuerzas armadas y de seguridad pública, los organismos de inteligencia, fiscalía general y electoral, sistema judicial, y particularmente el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y los organismos temporales, garantizando su imparcialidad.
“Debe existir vigilancia internacional de todo el proceso, auditoría y control por parte de la Junta de Vigilancia Electoral (JVE), así como el cumplimiento de las reglas de propaganda y del financiamiento, incluyendo el pago de la deuda política, y facilidades para la inscripción de candidaturas”, sostuvo el representante del BRP.
A criterio de Rodríguez, la lucha política y popular deberá orientarse a reivindicar el derecho al sufragio, no es aceptable ejercerlo en condiciones de abrumadora desventaja y atropello a los derechos humanos, en particular a los derechos políticos.
“Con un Régimen de Excepción, capturas arbitrarias, represión, persecución política, rompimiento del Estado de Derecho, abuso en el uso de las instituciones y de los recursos del Estado, todo ello con la pretensión de Bukele y sus aliados de la oligarquía de perpetuarse en el poder y seguir acumulando riquezas para su reducido grupo”, recalcó.
Se eliminó la regla de respeto al proceso electoral para introducir nuevas reformas que prohibía modificar las reglas electorales un año antes de las elecciones. El 1 de junio de 2023, tras el anuncio del presidente Bukele de introducir reformas trascendentales en el sistema electoral, la Asamblea Legislativa las aprobó una semana después, imponiéndolas de forma inconsulta.
Para los representantes del BRP, la ruptura del proceso electoral se dio al modificar el tamaño de las circunscripciones con la reducción de escaños en cada una, esto le quita la posibilidad de obtener diputados a los partidos con menos votos, seis departamentos tendrán solo 2 diputados.
Además, la introducción de un cambio de fórmula que va en la misma dirección de excluir a los pequeños, la anterior permitía el pluralismo, ahora son favorecidos los partidos mayoritarios y elimina el concepto de residuos. La reducción de municipios cambia el sistema político administrativo en favor del presidente.
El BRP señaló que la concentración de votos por agrupamiento ha sido preparada para favorecer a Nuevas Ideas y eliminar las posibilidades de que la oposición gane alguna alcaldía, al anular la competencia en los municipios, resta posibilidad de optar a las diputaciones; el gobierno central influirá para nombrar a los 218 directores de distrito, concentrando el sistema “clientelar” y quitándole fuerza a los partidos de oposición.
Externó que el gobierno introduce su campaña atacando los Acuerdos de Paz y a sus enemigos políticos más fuertes, lo cual continuará, al igual que el Régimen de Excepción, que asegura el control de la población y la oposición.
Al modificar el proceso político del país se golpea de muerte al sistema de partidos políticos, es una reforma de carácter regresiva y calculada para asegurar más poder y aniquilar toda oposición o por lo menos reducirla al mínimo.
No es sólo una reforma electoral, más bien es una reforma política de gran impacto en todos los órdenes de la vida nacional, la reforma destruye el consenso básico que se construyó con los Acuerdos de Paz.
Con estas reformas, la participación y representación es reducida al anular miles de candidaturas a regidores, cientos de candidaturas a alcaldes, alcaldesas o sindicaturas; anula también el derecho al voto pasivo.
Se elimina el concepto de municipalismo desarrollado en los últimos 30 años, orientado a favorecer la descentralización del Estado, la autonomía municipal, la participación ciudadana, transparencia y el desarrollo local.
Al interrumpir el proceso electoral y cambiar las reglas a medio término, los partidos políticos están en incertidumbre, deben hacer cambios en sus procesos internos; el TSE está en jaque solicitando modificación en la ley para evitar el descalabro.
El principal efecto será en el escrutinio en sus dos fases, donde se asignan los cargos, con la reducción de municipios se reduce la participación y representación ciudadana, principalmente de las mujeres, al tiempo que se quita la posibilidad de victoria de la oposición en algunos municipios.
Los representantes del BRP manifestaron que el sistema de partidos políticos se reducirá al partido hegemónico y unos cuantos aliados o “partidos parásitos”, que anula a cualquier oposición, a menos que ocurra un fenómeno extraordinario, electoralmente las cartas están puestas, sólo falta el acto de votación como un gran show de democracia.
Con el conjunto de reformas impuestas por el régimen autoritario de Bukele, incluyendo la resolución sobre la reelección, la reducción de los municipios y las diputaciones, más las que probablemente faltan, se cierran los espacios políticos y la posibilidad de una elecciones libres, democráticas y justas.p
