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Tiflis/Georgia/dpa
El Barcelona conquistó hoy su cuarto título del año al ganar la Supercopa de Europa tras vencer por 5-4 al Sevilla en una épica final resuelta por Pedro en la prórroga.
El encuentro fue una locura y el Sevilla forzó el tiempo añadido después de que el Barcelona entregara una ventaja de tres goles al comienzo de la segunda parte. Con el 4-4 se llegó a la prórroga y ahí Pedro resolvió. Fue la quinta Supercopa de Europa para el Barcelona, for sale igualando el récord del Milan.
Precisamente, online la alineación titular del conjunto azulgrana tuvo la sorpresa de ver en el banquillo a Pedro, quien podría estar viviendo sus últimos días como jugador del Barcelona. Pero, perversidades del fútbol, el delantero español facilitó el título a su equipo un nuevo trofeo que añadir a Liga de Campeones, Liga española y Copa del rey.
El arranque del encuentro fue trepidante con tres goles en 15 minutos. Y los tres, con similitudes: de falta directa y con acento argentino.
Éver Banega adelantó al Sevilla con un magistral lanzamiento a los tres minutos, pero Messi respondió cuatro minutos después con otra gran ejecución. Pero cualquiera de estas dos acciones, muy brillantes, quedó ensombrecida por la del segundo tanto del astro del Barcelona, quien a los 15 minutos pateó una falta muy lejana con una asombrosa perfección.
Messi dio vuelta a un partido que se le había puesto muy exigente al actual campeón de Europa. No sólo eso, sino que guió a un Barcelona que mandó durante toda la primera mitad agarrado a su liderazgo y parece encontrar en su club el hábitat que no halla en la selección argentina.
El Barcelona acumuló ocasiones ante un Sevilla que acusó notablemente su buen número de bajas en defensa. Y a los 28 minutos le anularon un gol a Luis Suárez por un fuera de juego que no existió.
No se lamentó el Barcelona porque a un minuto del descanso llegó el tercer gol. El Sevilla cometió dos graves errores defensivos. Primero, descuidó la vigilancia de Suárez, quien erró en el mano a mano con Beto. Pero su rival le concedió la oportunidad de resarcirse y en una segunda acción el uruguayo retomó el balón donde lo había dejado y asistió para que Rafinha marcara ante la inoperancia de la zaga rival.
El Sevilla comenzó la segunda parte con aspecto rendido. Y a los 52 minutos, Tremoulinas cometió un clamoroso error al entregar el balón a Busquets, quien cedió para que Suárez marcara a placer.
Parecía que la final estaba sentenciada, pero todo puede cambiar cuando en el campo hay un equipo tan orgulloso como el Sevilla. También le ayudó Jeremy Mathieu.
A los 57 minutos, el defensa francés descuidó la marca de Reyes, quien marcó tras una gran asistencia de Vitolo. Y a los 73 minutos, Mathieu cometió un claro penal sobre Vitolo que transformó Gameiro. Había final.
El Barcelona se diluyó. El Sevilla tuvo fe y encontró su premio con el enésimo error de la defensa rival. Esta vez fue Marc Bartra quien regaló, lo que fue aprovechado por Konoplyanka para marcar e igualar el duelo a diez minutos del tiempo reglamentado. El Barcelona había tirado tres goles de ventaja.
Messi pudo desequilibrar nuevamente el partido a un minuto del final con otro espectacular lanzamiento de falta que tocó levemente un palo. La prórroga estaba servida.
El Sevilla, muy cansado, se dedicó a defender todo el tiempo añadido y el Barcelona encontró a su héroe en Pedro. A siete minutos del final, Messi disparó, Beto rechazó y el delantero español estuvo más listo que nadie para marcar.
El Sevilla tuvo hasta tres ocasiones de empatar y forzar la tanda de penales, pero no le acompañó la suerte. Su épica no tuvo premio.
Quizá haya sido el último partido de Pedro con la camiseta del Barcelona, pero un gol suyo valió un título. El cuarto del equipo azulgrana este año, que aspira a concluir el curso con seis.
