Por David Alfaro
19/09/2025
La ciudadanía suele señalar a los diputados oficialistas por su falta de debate, por reducir su trabajo a apretar un botón, por violentar la Constitución y por los gastos innecesarios que realizan. Las críticas son válidas, pero conviene recordar algo más profundo…
Como bien señala la abogada Bethy Arana, los diputados pueden ser corruptos, pero el verdadero corruptor es el presidente inconstitucional Nayib Bukele. Ellos no son más que empleados domésticos del dictador, obedeciendo sus órdenes y aprobando a toda prisa las leyes que él les envía.
Además, su margen de poder es mínimo: apenas controlan un 0.60% del presupuesto nacional. El resto, prácticamente la totalidad, lo maneja Bukele. Y lo hace en la oscuridad, con una reserva total de gastos que él mismo impuso por siete años.
En otras palabras, mientras los diputados cargan con la imagen de serviles y corruptos, es Bukele quien concentra el poder, administra el dinero público sin rendir cuentas y asegura que la corrupción no sea un accidente, sino una práctica de Estado.
Diario Co Latino 134 años comprometido con usted