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No miren arriba (Don´t Look Up)

 

Caralvá

Iintimissimun

El 10 diciembre 2021 se estrenó en forma limitada la película,  pero el 24 de diciembre se lanzó en “streaming de Netflix;  en esos días tenemos pocos compromisos y después de tantas reuniones, ver una película multicitada era una acción esperada.

Aunque no teníamos idea sobre el tema, el reparto de artistas nos pareció muy atractivo.

Hasta este día 09ENE022 ha recibido múltiples nominaciones como una de las 10 mejores películas 2021.

Como es costumbre, por el título se imagina un aburrido tema norteamericano de héroes y villanos, de fantásticos eventos con paladines que no pueden morir, pero pueden salvar al mundo en su último segundo; los guiones de Hollywood tienen ese entramado aburrido de sexo, asesinatos, drogas, amor, una moraleja arcaica etc. sin crítica absoluta al modelo capitalista y mucho menos renegar por la desigualdad mundial, al final se imponen los buenos… ¿qué esperaban?

Esta película que más parece un documental por su metapoesía, alegoría o simplemente parodia de la realidad, nos ha cautivado por su esencia de discurso científico, de pronto el filme es una realidad salvadoreña, un hecho concreto mundial con el escenario de la panademia (negacionistas contra médicos, terraplanistas contra científicos, conservadores versus liberales, inquisición contra Galileo Galilei etc.) para muchos de nosotros que escribimos de la realidad social salvadoreña de pronto éramos parte de secuencia fílmica, ¡eppur si mouve! (Y, sin embargo, se mueve) por la tenaz oposición de anotar una opinión y al momento recibir cientos de trolles sin ningún argumento, con insultos y sin contenido científico, ellos están orgullosos de su ignorancia; porque en la realidad salvadoreña se ha sustituido la brutal violencia cotidiana, por la comunicación en redes sociales que no termina en nada y tampoco resuelve los problemas que nos atrapan día con día.

No miren arriba también identifica a la aspirante a doctora en astronomía Kate Dibiasky como una mujer dedicada y apasionada por la ciencia, pero ella por su género termina insultada, difamada, víctima de odio de trolles en diversos medios de comunicación; en esos momento recordamos a decenas de mujeres salvadoreñas con igual condición, nada de ficción, nada de fantasía, la realidad nuestra supera a la película porque acá se comenten atrocidades contra muchas mujeres sin ninguna contemplación y el abandono del sistema de justicia.

El conjunto de la película no solo connota a los orgullosos de su ignorancia, su fanatismo a la opinión científica, su disposición a destruir a todo el que opine diferente que no solo nos transporta a la época de la Inquisición, sino también esa degeneración salvadoreña que ha creado la “industria del insulto” “las fábricas de difamaciones” “el comercio de las amenazas anónimas” que se confunde con el accionar de las “organizaciones criminales”, de pronto la seguridad ciudadana se pierde ante la intemperie de tanto desaparecido, niños, jóvenes, adultos, mujeres, enfermeras, policías etc… vivimos en esa película pero con el agregado de la violencia incontrolable.

Randall Mindy es el otro actor conocido (que falleció heroicamente en el Titanic y sorpresivamente está vivo en este documental ¡así es Hollywood!)  El filme es una obra de arte por su conjunto visual, social, el metarelato y por supuesto la alegoría violenta de nuestro diario acontecer.

Si no desea mirarla no lo haga, pero si observa violencia en nuestras ciudades, recuerde que un fragmento de esa violencia ha sido proyectada en No mires arriba  (Don´t Look Up),  de igual forma cuando su opinión (o su vida) sea atacada por esos fanáticos conocidos, no se extrañe, no mire arriba.

amazon.com/author/csarcaralv

 

 

 

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.