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A excepción de la autoproclamada presidenta de Bolivia, los gobiernos liderados por mujeres han demostrado mejor manejo de la crisis por el nuevo coronavirus, publican varios medios de prensa internacionales.
Las líderes han demostrado que no seguir las maneras tradicionales de Gobierno pueden resultar en situaciones delicadas o de crisis, tal y como sucedió con la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.
Adern estuvo entre los jefes de Estado que adoptó medidas más tempranas, fue clara y concisa sobre el peligro que suponía la propagación del coronavirus. Entre sus medidas impuso aislamiento a cualquier persona que entrara al país desde las primeras fases de la expansión de la Covid-19. Más adelante prohibió a todos los extranjeros entrar al país.
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel ofreció una perspectiva sin politizaciones de la crisis. Explicó que la enfermedad podría infectar al menos al 70 por ciento de la población y aseguró que el coronavirus era «grave» y lamó a los alemanes «tomárselo en serio».
La noción de riesgo que creó en su pueblo sirvió para que los ciudadanos tomaran conciencia de lo peligroso de la enfermedad. Además, los test se hicieron desde el principio de la pandemia.
Por su parte, Islandia también se destaca por la gestión de su Gobierno, encabezado por Katrín Jakobsdottir.
La nación hace pruebas gratuitas de coronavirus a todos sus ciudadanos. Actualmente, acumula 1.711 positivos y ocho fallecidos pero, proporcionalmente a su población, ya se ha hecho test a cinco veces más personas que en Corea del Sur.
Otro caso es el de Sanna Marin, primera ministra de Finlandia. Uno de sus aciertos ha sido encargar a personas influyentes en las redes sociales que propaguen información verídica sobre el coronavirus, contrastada y basada en cifras y estudios.
Otras iniciativa original que han puesto en marcha en materia de coronavirus ha sido la de la primera ministra de Noruega, Erna Solberg.
La jefa de Estado decidió dedicar una rueda de prensa a resolver las dudas y las preocupaciones de los más jóvenes del país. Durante esa intervención, donde no estaba permitido que participaran los adultos, Solberg respondió a las preguntas de los niños de toda la nación.
En cuanto al liderazgo femenino en la región, la autoproclamada presidenta tras el golpe de Estado contra Evo Morales, Jeanine Áñez, ha ofrecido atención desigual a los ciudadanos de Bolivia.
En primer lugar, no garantiza la seguridad de los pueblos indígenas, con limitadas capacidades para acceder a los servicios básicos de salud. Además, demoró en implementar medidas y en varias ciudades ocurrieron manifestaciones para exigir alimentos.
Asimismo, aconteció un motín carcelario por las precarias condiciones en que los reos se encuentran para enfrentar la pandemia en los reclusorios. También ha realizado la repatriación selectiva por temas políticos de ciudadanos bolivianos y actualmente muchos se encuentran varados en Chile.
