Redacción Nacionales
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El movimiento ciudadano “Todos Somos El Espino” entregó una carta a a la Embajada de China en El Salvador en la que le pide no financie la destrucción de la Finca El Espino, la zona boscosa y de recarga acuífera considerada el “último pulmón de San Salvador”, así lo planteó Leonel Herrera, en un artículo publicado en el sitio web “sentir con el pueblo”.
La petición se hizo mediante una carta entregada al embajador Zhang Yanhui, durante un evento realizado el pasado fin de semana en la Universidad de El Salvador (UES). La misiva advierte que la construcción de un nuevo Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) en El Espino “provocaría daños ambientales graves e irreparables”.
Es de recordar que la Asamblea Legislativa autorizó segregar una parte de un terreno propiedad del Ministerio de Hacienda, en la finca El Espino, a favor del CIFCO, para construir la nueva Feria Internacional.
El ex CIFCO, ubicado en la Av. la Revolución, fue adaptado durante la pandemia para que funcionara el Hospital El Salvador; por lo que el CIFCO quedó sin instalaciones y eventualmente ocupa las instalaciones de FENADESAL, para realizar actividades.
La Asamblea Legislativa aprobó segregar una parte de terreno para la construcción del nuevo CIFCO sin siquiera escuchar opiniones de técnicos o expertos medioambientales. El proyecto será ejecutado por la República Popular China.
El periodista y activista ambiental, Leonel Herrera, en su artículo señala que la Finca El Espino es un ecosistema de enorme importancia para la ciudad de San Salvador y el resto del país, ya que es un espacio natural de mucha biodiversidad que alberga a centenares de especies animales y vegetales, incluidas algunas que ya están en peligro de extinción y otras para las cuales éste es un hábitat único.
Sobre la fauna, citó Herrera, la Universidad de El Salvador (UES) y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) registran unas 180 especies, entre las que destacan mapaches, cotuzas, armadillos, tacuazines, garrobos, lagartijas y decenas de especies de aves, residentes y migratorias; además de insectos y otras especies.
Y en el aspecto de la flora, la UES, el MARN y algunas organizaciones de conservación ambiental registran más de 500 especies vegetales que incluyen diversas clases de árboles, arbustos, bejucos, hierbas y helechos.
Este espacio es una zona de recarga hídrica para el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), gracias a que el terreno boscoso permite la filtración de agua que alimenta a los acuíferos subterráneos, explicó Leonel.
Esa filtración hídrica, añadió Herrera, también evita mayores inundaciones en barrios y colonias del sur de San Salvador, como La Málaga, donde hace 17 años murieron trágicamente 33 personas arrastradas por el Río Arenal de Monserrat. Y donde de por sí, ya se inundan docenas de calles en el gran San Salvador.
“Desde hace tres décadas la zona boscosa de la Finca El Espino viene reduciéndose, debido a la construcción de centros comerciales y edificios residenciales. Si continúa su destrucción no solo se quedarían sin hogar y podrían morir centenares de especies animales y vegetales, sino que también se agravaría el agotamiento del acuífero subterráneo y habría mayores desastres por inundaciones”, puntualizó Herrera.
El movimiento “Todos somos El Espino” no se opone al desarrollo o que no haya un nuevo CIFCO, sino que no no están de acuerdo que se construya en esa zona; piden construirlo en otra zona, sin tener que talar árboles y dañar al medio ambiente; por ello, este movimiento ha realizado marchas, pronunciamientos, conferencias de prensa, ha enviado cartas para evitar su construcción en la zona. Esperan tener una respuesta favorable por parte de las autoridades del país asiático.
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