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Lucha de los dioses Hacer realidad la esperanza

Rev. Héctor Fernández*

La esperanza es desear que algo suceda, view la fe es creer que va a suceder, ampoule   y la valentía es hacer que suceda”  Autor desconocido

Los últimos meses en El Salvador estamos experimentando niveles de calor insoportables. Las lluvias, see los ciclos de invierno y verano han variado de manera alarmante. Las frutas propias de la época de “Semana Santa”, este año llegaron días después de la conmemoración, en fin hay muchos hechos, que sin necesidad de ser científicos o “ambientalistas especializados” sabemos que nos dan a conocer el daño que estamos haciendo a la parte del planeta donde nos toca desarrollar la vida.

La responsabilidad de cuidar, proteger nuestro entorno de vida es de todos y todas. Hacer realidad la esperanza en El Salvador es actuar  en el cuido desinteresado de la creación. Sin esperar castigos o recompensas de Dios, sino de la misma Madre naturaleza. Ella, en su gran generosidad todavía nos deja producir alimentos.

Las personas que cuidan el entorno de sus hogares, aquellas que sin saber que significan palabras como “ecología”  “medio ambiente”  en la práctica diaria desarrollan una relación de respeto e igualdad con todos los seres vivos que están en su entorno, son las personas que más y mejor contribuyen en la defensa de la vida de todos los seres vivos, en la protección de su entorno. Pues han comprendido que su vida, depende de los otros seres vivos y por ello los cuida y respeta.

En El Salvador, si bien es cierto que todavía nos falta mucho, se evidencia una pequeña pero importante mejoría en las relaciones entre seres humanos y otros seres vivos, en los últimos años, se evidencia en la vida diaria ejemplos de buenas relaciones entre personas y animales domésticos, plantas y árboles. Las personas que eso hacen contribuyen – y pueden contribuir aun mas- en acciones colectivas de defensa, cuido, protección de su entorno de vida, con lo cual se puede contribuir a conquistar mejores situaciones de vida para todos y todas.

Si una persona aprende a respetar y cuidar la vida de cualquier ser vivo, esa persona tiene el gran potencial de asumirse como parte de la creación, que necesita de las otras partes de la flora y fauna para garantizar su vida y la de sus descendientes.

Debemos estimular todas las acciones que se orientan al cuido y respeto de la vida en todas sus expresiones. Es urgente y necesario que las personas que desarrollamos relaciones de respeto e igualdad con todo ser vivo en nuestro entorno –arboles, plantas, animales domésticos, salvajes, ríos, lagunas, lagos, mar- seamos muchas más y que asumamos mas compromisos con la defensa de la vida.

Debemos contribuir, con nuestra actitud cotidiana,  para que los escandalosos hechos de maltrato animales y arboles disminuyan hasta lo más mínimo, hasta que logremos que desaparezcan. Es necesario para todo ser vivo, incluidos nosotros, nosotras, que los buenos ejemplos (o como dicen hoy) las buenas prácticas, sean cada vez más, y que sean más las personas que las reproduzcamos. Que las niñas y niños de hoy vean en nosotros bueno ejemplos. La palabra, cada día que pasa pierde valor, pero la practica coherente todavía es creíble.

El daño que hemos provocado,  no se va a resolver por lo que hagan o no, las ONGs, las agencias cooperantes y las instancias gubernamentales. El daño que le hemos hecho a la parte del planeta que nos toca cuidar, necesita el aporte de todos y cada una, cada uno de nosotros. De esas actitudes en pro de la vida, dependen tu vida, la mía y la de nuestros hijos e hijas, nietos, nietas.

Falta mucho por hacer en cuanto a los empresarios y empresas que contaminan ríos, lagos, lagunas que cometen atentados contra la vida.

Hoy con tristeza e impotencia vemos el desastre por el derrame de melaza que provoco el ingenio azucarero La Magdalena y que ha dañado seriamente varios ríos del territorio nacional y vernos que el daño es de tal magnitud que ha llegado a afectar a ríos de la vecina Guatemala, atenta contra la vida de  todos los seres vivos que habitan y los que sacian su sed en esos afluentes, así como a familias que viven en el entorno y que dependen de los ríos para muchas actividades de la vida cotidiana. Esos empresarios deben asumir las consecuencias de sus descuidos. Debemos exigir que paguen todo el daño echo.

Nosotros como pueblo, debemos exigir al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no solo que supervise y mejore los estándares de responsabilidad de los ingenios azucareros, también debe supervisar regularmente todos los beneficios de café y toda fabrica, industria que contaminan agua y aire, tan vitales para la vida de los seres vivos. Debemos exigir a ese ministerio que desarrolle actitud preventiva para que se eviten estos desastres que afectan a la vida. Que demuestren que trabajan en defensa y promoción de la vida en la practica.

A pesar de esta situación y muchas otras situaciones que atentan contra la vida, hay ya pequeñas luces, que emiten las vidas de personas que hemos asumido un trato respetuoso y cuidadoso con las vidas de otros seres vivos que están en nuestro entorno y de las cuales también somos responsables, probablemente estamos comenzando a comprender que en la medida que ellas mueren, nosotros vamos muriendo también, en la medida que ellas viven, nosotros vivimos con ellas.

Las vidas que encarnan la lucha por la justicia económica y social, que se dedican a la salvación total e integral del ser humano y de todos los seres vivos del planeta, hacen presente el futuro de Dios hoy, somos los que vamos haciendo, en la vida diaria,  realidad la esperanza.

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