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“Esta es una segunda oportunidad, para demostrar que cada día luchamos por ser diferentes”, dijo Yeimi, una de las 23 internas del Centro Penitenciario Para Mujeres de la Granja de Izalco, que recibió su diploma de participación en el Primer “Grupo de Apoyo y Formación”, capacitación que les permite a las privadas de libertad, empoderarse de sus derechos humanos como mujeres; que es impartido por la Procuraduría General de la República (PGR) en coordinación con el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP), a través de la Dirección General de Centros Penales.
Desde el interior del reclusorio de Mujeres, en Izalco, que alberga a privadas de libertad con niños menores de cinco año, las autoridades clausuraron el primer grupo de apoyo y formación en la granja penitenciaria de Izalco; capacitación que pretenden llevarla al total de internas que guardan prisión en los distintos recintos penitenciarios.
En total, 23 internas del sector Materno Infantil del Centro Penitenciario para Mujeres, de la Granja de Izalco, recibieron un diploma de participación, que se unen a un primer esfuerzo clausurado recientemente, en el Centro de Readaptación de Mujeres de Ilopango, que en esa oportunidad sumaron 400 internas, quienes salieron empoderadas de sus derechos humanos.
Este programa se realiza en el marco del Convenio interinstitucional para la Atención Integral para las Adolescentes y Mujeres en Conflicto con la Ley, firmado por titulares del Organo Judicial, Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, Instituto Salvadoreño de la Niñez y la Adolescencia (ISNA) y la Procuraduría General de la República, quienes coordinan diferentes proyectos encaminados a mejorar la situación de las adolescentes y mujeres internas en diferentes centros penitenciarios del país. Según Rodil Hernández, director general de Centros Penales, “es un espacio donde se brinda a través de grupos de apoyo, capacitación y formación no solo en el conocimiento de sus derechos como mujeres, sino también en la aplicación de los mismos, ademas, se hace mucho énfasis en la parte de autoestima y valores, como poder ocupar herramientas de vida emocionales, y, además, la atención que brindan los profesionales de la Procuraduría”.
La PGR, como coordinadora de la iniciativa, ha brindado atención a mujeres por medio de la Oficina de Atención Integral instalada en la Granja Penitenciaria de Izalco.
Con el desarrollo de este programa se ha podido evidenciar que la vida de las privadas de libertad puede cambiar a fin de volverse protectoras de sus derechos y en muchos casos disminuye el riesgo de ser víctimas de violencia que las lleve a cometer delitos, explicó Hernández.
La Procuradora, Sonia Cortez de Madriz, por su parte, instó a las mujeres a defender sus derechos, y que esto represente un cambio para que se vuelvan multiplicadoras de lo aprendido con otras mujeres internas y en sus hogares cuando salgan de prisión. “Ustedes van a irradiar una buena conducta y se convertirán en lideresas que van a ser un referente de los buenos hábitos, el respeto a la autoridad porque ustedes quieren dar muestra para salir adelante aquí y en la sociedad”, les afirmó la procuradora Cortez de Madríz. Las 23 mujeres participantes, quienes ademas de la capacitación en conocimiento de derechos y de como elevar su autoestima, las reclusas recibieron formaciones en la elaboración de dulces artesanales, todo tipo de arte culinario, confección de prendas de vestir y manualidades.
La PGR y la Dirección General de Centros Penales buscan mediante este tipo de proyectos cambiar la vida de las mujeres que por diversas razones se encuentran internas propiciándoles un espacio de desahogo y herramientas para el empoderamiento y crecimiento personal para la creación de planes de vida que les permitan reinsertarse a la sociedad.
Para Yeimi, este espacio propició a las internas un momento de desahogo y herramientas para el empoderamiento, situación que abonó al crecimiento personal, para planes de vida que les permita reinsertarse a la sociedad como ciudadanas capaces de enfrentar la sociedad que está basada en el machismo, lo que no permite el crecimiento de la mujer como profesional.
