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@GloriaCoLatino
“La liturgia de la Palabra de Dios hace una denuncia clara, sobre aquellos que se acomodan a las riquezas del mundo, aquellos que ponen su confianza en las riquezas”, dijo el Vicario de Catedral Metropolitana, Juan Carlos Palacios, al oficiar la misa en la Cripta.
En la eucaristía al celebrar el Día de la Virgen de la Merced, el beato Oscar Romero reiteraba, en su pastoral, que ella defendía la dignidad y los derechos de las y los detenidos en las cárceles y que buscaban su reinserción en la sociedad.
Mientras, en el Evangelio Jesús reflexiona sobre la actitud de los ricos o poderosos que comen y desperdician, sin compartir con el pobre. Monseñor Romero siempre denunció esta insensibilidad que incluía a toda la sociedad, con los menos afortunados, indicó el Padre Palacios.
“Prácticamente, la palabra es una denuncia a la injusticia social, aquella división de clases donde el rico olvida la fragilidad del pobre y Monseñor Romero siempre denunció, que un grupo acumule riqueza y otros que pasen trabajando toda su vida para ir sobreviviendo con sus familias; es palabra de Dios y con el ejemplo de Monseñor Romero que siempre pidió una sociedad más equitativa”, reflexionó.
A la Cripta de Catedral se presentó ante el Beato Monseñor Oscar Romero la Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de San Salvador, para dar su voto de compromiso a una vida sacerdotal comprometida con su pueblo.
El Padre Jhon Fredy Cano explicó que los 50 jóvenes, quienes oraron y cantaron frente al mausoleo del Beato Romero, son aspirantes a sacerdotes, e iniciaron este año sus primeros conocimientos sobre el sacerdocio , antes de ser seleccionados para ingresar al Seminario Mayor de San José de la Montaña.
“Primero hay una selección, se les ayuda a discernir si es esta su vocación, y entre las actividades que teníamos era la Santa Misa y después venir a la tumba de Monseñor Romero, es una bendición de Dios tener a estos 50 jóvenes en fase preparatoria para este año 2016, que ingresan ya formalmente el próximo año, donde se van a preparar durante siete u ocho años. Son tres años de filosofía y cuatro años de teología y un año de pastoral. Algunos van a España o Italia a estudiar”, explicó.
