Saúl Méndez
Colaborador
La tormenta registrada el viernes 15 de agosto provocó graves inundaciones y pérdidas materiales en varias comunidades del área metropolitana de San Salvador, principalmente en Tutunichapa 1 y la colonia Francisco Núñez Arrué. Decenas de familias se vieron obligadas a evacuar de emergencia, muchas de ellas sin poder rescatar sus pertenencias y apenas logrando salvar lo indispensable entre los escombros. Esta situación reaviva el debate sobre la contaminación y la deforestación
En la Tutunichapa 1, el muro de contención cedió ante la fuerza del río Acelhuate, cuyo cauce se desbordado forzó la salida inmediata de los habitantes. En Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán, las precipitaciones también ocasionaron inundaciones, con vehículos varados en las principales arterias y la quebrada El Piro al límite de su cauce. Aún el domingo podían observarse tragantes y alcantarillas obstruidos por lodo y basura arrastrada por la tormenta.
De acuerdo con Protección Civil, al menos 110 viviendas resultaron anegadas y otras 20 sufrieron daños estructurales, sumando un total de 130 casas afectadas en distintas zonas del país.
En redes sociales circularon videos que mostraban el impacto de la tormenta: calles convertidas en ríos, alcantarillas colapsadas y una gran cantidad de desechos sólidos flotando en las aguas. Según especialistas, esa acumulación de basura contribuyó al desbordamiento de aguas residuales y agravó los daños.
Ante esto, el presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Aplicada (CESTA), Ricardo Navarro, advirtió sobre los riesgos ambientales de la deforestación y criticó los planes de construir el Centro Nacional de Ferias y Convenciones (Cifco) en la finca El Espino.
“Puedo garantizar con toda certeza que la situación climática se va a poner mucho peor en un futuro cercano, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que genera la humanidad, en especial los países industrializados. Pero cuando destruimos el bosque, nos volvemos más vulnerables a los eventos climáticos extremos”, explicó el ingeniero y ecologista.
Navarro alertó que la desaparición de la finca El Espino incrementaría el riesgo de inundaciones en las zonas bajas de San Salvador. Ante ello, propuso que el Cifco sea edificado en un espacio de menor impacto ambiental, como el terreno destinado a la construcción del nuevo estadio, financiado por la República Popular China.
“Presidente (Nayib Bukele), ahí donde están levantando el estadio, en el terreno donde antes estuvo la Escuela Militar, podría construirse el Cifco. Pídale apoyo al Colegio de Arquitectos o a las facultades de arquitectura de las universidades; ellos le harán un diseño bueno y funcional que sirva para ambas cosas. Y en ese contexto, presidente, le suplico que detenga la deforestación en todo el territorio nacional”, exhortó Navarro.
El informe final de Protección Civil reportó que las lluvias provocaron la caída de 216 árboles, 136 derrumbes, la obstrucción de 22 vías, 19 cárcavas, 34 inundaciones y daños en dos obras de paso. No obstante, todas las carreteras afectadas ya fueron habilitadas, confirmó el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez.
El titular del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, explicó que las precipitaciones fueron ocasionadas por la acumulación de humedad y ondas tropicales, descartando la influencia de ciclones cercanos al territorio salvadoreño. Detalló que en agosto se han registrado más de 300 milímetros de lluvia en la zona central, lo que ha saturado los suelos y elevado el riesgo de desbordamientos y deslizamientos.
Protección Civil reiteró a la población la importancia de mantener las medidas de prevención durante la temporada de lluvias, que hasta la fecha ha cobrado la vida de dos personas.
“Evitar cruzar ríos, quebradas o calles inundadas; no permanecer bajo árboles ni postes eléctricos; y desconectar los aparatos en caso de evacuación son medidas claves para prevenir tragedias”, recalcó la institución.
Diario Co Latino 134 años comprometido con usted