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Rosmeri Alfaro
@DiarioCoLatino
El director ejecutivo del Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI), César Ríos denunció una vez más, la “ausencia de liderazgo” del Gobierno salvadoreño para apoyar a connacionales migrantes y deportados, ante la pandemia por el COVID-19.
“No es que no quieran trabajar el tema de migración, es que ha falta liderazgo político, expertos en migración que estén dentro de la estructura de Gobierno. Esperaría que se avance en eso”, señaló.
De acuerdo con Ríos, “no hay señales de que lo que empujó a las personas a migrar ahora se vaya a solucionar”. “Vamos a entrar a una situación más difícil por lo que las migraciones seguirán existiendo, el reto para nuestros gobiernos es asimilar esta realidad y encontrar soluciones”, agregó.
Respecto a la vulnerabilidad de los migrantes frente al COVID-19, el especialista destacó el desempleo de los migrantes indocumentados, la continuidad en las deportaciones y la disminución en las remesas, aspecto que aseguró, no solo afecta los envíos sino a las familias receptoras.
Cabe mencionar que de mayo a junio, el envío de remesas familiares mostró un aumento de $93.9 millones, sin embargo, a nivel semestral los ingresos mostraron una baja de $219.2 millones, comparado con el mismo período de 2019.
Según reportes del Banco Central de Reserva, durante junio el ingreso de remesas fue de $508.2 millones, un 9.8 % más respecto al mismo mes de 2019, lo que según la institución “se asocia a la reducción de ingresos, lo que provocó un mayor esfuerzo de parte de los salvadoreños en el exterior para apoyar a sus familiares”. Solo en mayo, el ingreso de remesas reflejó un descenso de 18 %, debido al confinamiento y tazas de desempleo en Estados Unidos.
“El Gobierno debe ayudar con políticas, de nada sirve agradecer todos los días, si ninguna estrategia contempla a los migrantes indocumentados. Estamos llamando a que se les tome en cuenta porque si no se empezará a ver un retorno involuntario y el país no tiene capacidad para recibirlos”, resaltó el director del INSAMI.
Asimismo, recomendó que el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) desarrolle un programa de financiamiento, “una estrategia para convertir las remesas como instrumento de negociación financiera para los bancos” que beneficie a los receptores.
A la fecha, BANDESAL trabaja en la gestión de $110 millones de los $600 millones destinados para el Fideicomiso para la Recuperación Económica de las Empresas Salvadoreñas, con el que se busca apoyar a micro, pequeñas y medianas empresas afectadas por la crisis del COVID-19.
