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Cómo hablamos los salvadoreños: una aproximación etnolingüistica (3)

Julio Blanco
Antropólogo infieri

Categoría: Frustración
Al entrecruzar «yuca» entre tres redes sociales identificadas como estudiantes UTEC, docentes universitarios y artistas, resulta que la expresión se retroalimenta en el contexto educativo, independientemente de las relaciones de poder que existen entre los sujetos entrevistados. Es de tomar en consideración que el perfil del artista refleja una relación proporcional en el contexto educativo debido a su exposición de su arte a los estudiantes que ellos capacitan en sus talleres semanalmente. Es decir, existe una posibilidad de transferencia de estudiantes a los retratistas, poetas, y músicos en su entorno artístico.
«paloma» como expresión de las trabajadoras del sexo se asocia exclusivamente con el quehacer genital y sexual que ellas desarrollan dentro de su modus vivendi. Inclusive esta expresión trasciende otras redes sociales con el mismo significado y aplicación dentro del contexto la cual refleja dificultad ya sea en una situación, en una asignación o en una interpretación personal de su realidad.
Similitudes y diferencias entre redes sociales a partir de expresiones representativas encontradas en redes sociales

Pandilleros y Soldados.
El carácter de estos dos grupos antagónicos, en tanto reflejan su naturaleza de delincuente y de protector ciudadano, representan un cruce interesante de expresiones que representan diferencias sustanciales
Más allá de sus diferencias etarias y sus perfiles en la sociedad, los elementos de la fuerza armada manifiestan una idiosincrasia lingüística del perfil salvadoreño a finales del año 2000 por el uso de «puta», «la cagamos», «babosada», «puya», mierda», «la regué», «juela», «vergón», «encahimbado». Esta reflexión infaliblemente está sujeta al uso de las expresiones por sujetos en los rangos de jóvenes adultos y adultos consecuentemente que reflejan la diferencia generacional entre ambos grupos. Cabe mencionar que estas expresiones conllevan connotaciones de desahogo el cual se personalizan al compartir un punto de vista especifico. En otras palabras, A se desahoga con B.
No obstante, en el habla pandilleril reflejado en pre adolescentes y adolescentes, basta destacar que el perfil de palabras tiene una naturaleza de violencia inherente y esto se refleja en «postéame esto», topálo», «tapiceado», rumbarnos», hartado», «tirarle guerra», «hacéle huevos», «un golazo». Es decir que A violenta a B.

Estudiantes y docentes universitarios
En el contexto educativo representado por la relación entre el educador y el educando, la sinergia de expresiones se reproduce en expresiones de poder. En este sentido, desde la perspectiva del dominante el docente puede emitir juicios y hasta estereotipos sobre sus estudiantes: «bicho coco», «es queso», « es chispa», « malilla», «choyudos», «no le entra» «arrastrados», «violados» , «es un desvergue», «es un copión». Inclusive las palabras de «sóquela» y «socado» representan claramente el perfil del docente que ejerce su estatus de poder al asignar requerimientos de tareas o exámenes a sus estudiantes. Mientras que los estudiantes ven esta acción de «socar» ejercida por el tutor, convirtiéndolos en sujetos destinatarios reflejan sus juicios a su catedrático como «socado». Otro ejemplo crucial es la relación entre «bicho» y «maitro». Tomando en cuenta el perfil etario de cada grupo, ambas palabras se refieren coloquialmente a docentes y estudiantes que utilizan dichas expresiones en sus respectivos círculos sociales. «Bicho» a pesar que continua siendo un referente coloquial para designar a un niño y registrado por Rivas, Meza y Vargas , no puede ser utilizado con libertad por los docentes debido a la presencia de Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia que vela por la protección de carácter integral del niño en la actualidad. Además, la connotación de «maitro» dentro de este contexto representa para el docente una palabra peyorativa hacia los miembros del gremio docente. Resulta interesante que la palabra en sí no refleja una naturaleza de violencia, sin embargo, el vigor y la entonación con la que se verbaliza influye en la reprobación de la palabra.

Agentes de la Policía Nacional Civil y Soldados
En el contexto de seguridad ciudadana, tanto los agentes de la PNC como los soldados comparten palabras para describir su espíritu guerrero y de valentía en «tigre». Similarmente, las palabras claves como «sierra», «alfa», «bravo» son de uso estratégico para no dar a conocer sobre el paradero de quien se refiere. Inclusive, debido a la naturaleza en sus labores de disciplina y cumplimiento de sus responsabilidades en ambas instituciones, palabras como «enzaguanado», «embrecado», «500 flexiones», «me can a sancionar», «intervención» exponen estados físicos producto de castigos y amonestaciones como «puta, la cagamos, no salimos».
La visión de la otredad se refleja en como los soldados se refieren impersonalmente a los agentes de la policía al definirlos como «las tres letras». Otra palabra que asocia a ambos grupos es «lima» que no es más que la denominación de cualquier objeto que comience con el alfabeto militar relacionado con la letra L (lima en este caso)
Consideraciones finales
El abordaje interpretativo de carácter etnolingüístico conlleva una exploración minuciosa de modelos presentados anteriormente por antropólogos expertos en estos estudios. La producción científica a nivel local es básicamente nula debido que la mayoría de los trabajos presentados están enfocados a nivel fonológico y gramatical.
En cuanto el habla salvadoreña, en su naturaleza dinámica hay palabras y expresiones polisémicas que abonan con la amplitud del corpus lingüístico de las redes sociales lo cual conlleva a una interpretación diferente y en algunos casos comparten similitudes independientemente de la edad de los sujetos
Además, existen connotaciones positivas y negativas que definen situaciones, personas, tareas y aspectos relacionados con el quehacer de los sujetos las redes sociales identificadas. En este sentido las palabras son generadoras de un poder comunicativo donde se reflejan dicotomías de poder, de exclusión e inclusión, y obviamente de estatus sociales.
Un aspecto derivado de este estudio fue la presencia del sexismo en el lenguaje donde la conceptualización de la mujer en el habla de estas redes sociales se puede enfocar en tres premisas: integración, diferenciación o exclusión.
Otro aspecto importante que se puede explorar en los diferentes corpus lingüísticos es la proximidad de la calle y los medios de comunicación en la generación y permanencia de expresiones populares.
Otro punto medular también se el recurrente caso de la posesión de un estado que prácticamente es muy común en el habla salvadoreña como un componente identitario presente en las expresiones de adultos y jóvenes.
Debido a su propiedad dinámica, el estudio del habla de abordarse para su respectiva actualización a través del incremento de investigaciones etnolingüísticos que aporten no solamente significados, sino que también sus respectivas interpretaciones antropológicas.
Por otro lado, dentro del contexto del habla se reflejan las relaciones de poder, de exclusión e inclusión, sexismo, estereotipos y simbolismo inherente a cada red social.
Existen palabras y expresiones que son más exclusivas para redes sociales específicas y que pueden ser fácilmente descifradas por otros grupos con la libre elección de ser utilizadas por otros usuarios de otras redes.
A pesar de los movimientos globalizantes que influyen en la adopción de elementos alienables, se encontraron muy pocos anglicismos en la producción oral de los sujetos lo que aparentemente indica que el habla salvadoreña tiene vigencia en la consecución de palabras producidas dentro de nuestra lengua salvadoreña
Es vital también vincular el lenguaje corporal para complementar la fuerza, el vigor y la presencia de palabra la cual desborda una imagen completa para futuras interpretaciones de carácter etnolingüístico.
Finalmente, en el tema de sociolectos, el estudio se aleja de la óptica sociológica tradicional para darle cabida a un abordaje de cultura y lenguaje, más antropológica, de carácter cualitativo.
Lista de referencias
Duranti, A. (2000). Antropologia lingüística. Madrid: Cambridge University Press.
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Biblioteca del estudiante
Kottak, C. (2006). Antropología cultural. Madrid: McGraw-Hill.
Lemus, Jorge (2007), Módulo III. Antropología Lingüística. San Salvador. Universidad
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Lipski, J. M. (2000). El español que se habla en El Salvador y su importancia para la
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dialectología hispanoamericana. Madariaga Orozco, C., Abello Llanos, R., Sierra
Meza, J. (2008). Real diccionario de la vulgar lengua guanaca. San Salvador.
Nekepuì Editores.

Continuará en la próxima entrega.

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