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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Mauricio Sermeño, presidente de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) señaló durante un conversatorio que el principal motivo por el cual debería defenderse la Finca El Espino es por su hidrografía, pues el 50 % de los mantos acuíferos que abastecen de agua San Salvador provienen de esa zona.
Sermeño explicó que la Finca El Espino era muy extensa, se estima que llegaba hasta el Parque Infantil, le perteneció a Gerardo Barrios, pero tras su muerte Francisco Dueñas le quitó la propiedad. En ese momento, Gerardo Barrios impulsó el café porque el cultivo de añil había disminuido y la Finca El Espino fue una de las zonas productoras del grano de oro.
De acuerdo a los datos de una tesis de la Universidad de El Salvador, 1,250 manzanas de terreno conformaban originalmente la Finca El Espino; sin embargo, 650 manzanas han sido vendidas o quitadas.
“En aquellos tiempos se decía que la importancia de la finca era por ser el dormitorio público de los pericos, pero eso no resalta toda la importancia; el principal motivo por el cual debería defenderse, es la hidrología, el flujo del agua subterránea comienza en la finca, todo el manto acuífero se va para la zona del bulevar del Ejército y era lo que alimentaba las embotelladoras de gaseosas”, sostuvo el presidente de la UNES.
Asimismo, externó que esa agua es la más purificada porque el filtro es la roca volcánica arrojada por la erupción del volcán; al año se infiltran 17.7 millones de metros cúbicos de líquido al acuífero de San Salvador. Consideró que si se perdiera el 50 % del total, sería imposible seguir explotando esos mantos acuíferos.
El especialista ambiental dijo que, si existe tanta agua en la finca, uno de los municipios donde no debería faltar el agua es Antiguo Cuscatlán, pero hay escasez del recurso hídrico, los pozos se han profundizado tanto que prácticamente son inviables para seguirlos explotando.
“Es más grande lo que extraemos, que lo que logra alimentarse la finca El Espino, de tal manera que el nivel freático va disminuyendo 1.5 metro por año, se necesitan poner unas bombas muy poderosas para impulsar el agua. Los que más deberían defender la Finca El Espino son quienes viven en Antiguo Cuscatlán, porque son los que más beneficios están recibiendo”, recalcó.
A la vez, comentó que aproximadamente al año se reciclan 197,000 toneladas de dióxido de carbono, al desaparecer la finca podría incrementar las enfermedades respiratorias y se generarían más daños producto del cambio climático.
De urbanizar El Espino, la temperatura del lugar incrementaría 7 grados centígrados; al desaparecer, lo que se tendría es una ola de calor, en lugar de cierta brisa de la que todavía se goza.
