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@RosmeriAlfaro
Son muchas las injusticias que sufrimos en nuestros trabajos, afirman empleados domésticos, pero debemos aguantar para llevar el sustento diario a nuestras familias, agregan.
El salario mínimo para estos empleados ronda los $140.85 al mes. “Las mujeres perciben $135.72 mientras los hombres alrededor de $203.51”, dijo Aída Rosales, secretaria general de SIMUTHRES.
Según una encuesta del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA), un 35% gana menos de $100.
Más de 115 mil personas laboran como empleados domésticos en El Salvador. De ellos, 40 mil 401 están en las zonas rurales y 75 mil 636 en el área urbana, según la encuesta de los hogares y propósitos múltiples de 2014, indicó Rosales, en el VI Jornada de Reflexión Económica “P. Francisco Javier Ibisate, S. J.”.
Dichas jornadas son desarrolladas por el Departamento de Economía de la UCA desde 2011, con el objetivo de reflexionar de manera crítica acerca de las principales problemáticas económicas de El Salvador y Latinoamérica, y a su vez plantear alternativas viables al sistema económico vigente.
Del total de población ocupada, un 4.4% labora en servicios domésticos y el 54.81% tienen entre 20 y 54 años de edad.
El 64% de los trabajadores del área urbana trabajan más de 45 horas a la semana especialmente los que trabajan dentro de los hogares.
En el tema de seguridad social a junio de 2013 solo 2,400 se habían inscrito a ese régimen especial lo que representa el 2 % del total de trabajadores y trabajadoras domésticas del país.
“Este es un régimen especial no porque tengamos mayores beneficios, al contrario, tenemos menos porque solo podemos ir a pasar consulta, no tenemos derecho a una incapacidad”, aseguró Rosales.
Debido a estas y otras injusticias crearon el primer sindicato de las trabajadoras del Hogar Remuneradas SIMUTHRES, en 2009.
“Esto no fue fácil, hubo compañeras a quienes las despidieron de los trabajos por querer sindicalizarse”, expresó.
Como parte de su lucha por hacer valer sus derechos, la representante de SIMUTHRES, afirmó en la jornada, que es necesario que los salarios sean mejorados para este sector.
De acuerdo con Rosales, los trabajadores sufren de sobrecarga de trabajo.
“Muchas veces nos contratan solo para hacer limpieza o cuidar a un niño y a la hora de estar en la casa nos sobrecargan de trabajo”, subrayó.
Es por ello que una de sus reivindicaciones es justicia para las empleadas domésticas y la ratificación del convenio 189 de la OIT que promueve la protección de los derechos humanos de los trabajadores domésticos.
Asimismo, piden la eliminación de las formas de trabajo forzozo u obligatorio y la abolición del trabajo infantil y la eliminación de las discriminación en materias de empleo.
Estas jornadas son desarrolladas en memoria de la vida y pensamiento de Francisco Ibisate, sacerdote jesuita y economista, quien en vida demostró una capacidad de reflexión y sensibilidad impresionante sobre los temas económicos desde la perspectiva en favor de las personas empobrecidas.
