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Rebeca Henríquez
@RebeHenriquez
El economista César Villalona se refirió, en el programa Encuentro con Julio Villagran, de TVX, a la crisis financiera que representa el actual sistema privado de pensiones para el país, el cual se creó en 1998 y sirvió como base para el surgimiento de las administradoras de fondos para pensiones (AFP).
De acuerdo al economista, con el paso de los años no se cumplió con las seis promesas que se establecieron en el apartado de exposición de motivo de la ley de creación del sistema privado, lo que agudiza el problema en la actualidad.
Villalona expuso que la primer promesa con templada en la ley privatizadora del sistema de pensiones era una pensión digna, la cual no se dio, porque el cotizante debe tener de igual forma un salario digno para que así sea, pero el 85% de las pensiones rondan el valor mínimo que es de $304.
Ampliar la cobertura de las mismas también estaba establecido en la ley, un aspecto que para el economista no depende de las pensiones, sino, de la estructura económica del país. Agregó que el rendimiento de la cuenta individual de cotización se vio afectado por la dolarización y por los sistemas de fideicomiso. El rendimiento bajó del 13% al 6%.
El cuarto aspecto era la cuenta de garantía solidaria, añadió Villalona, en lo que se establece que solo se utilizaría para pagar la pensión del cotizante y la utilización de los fondos para generar obras de desarrollo, pero, ambos porcentaje fueorn destinados para cumplir con el compromiso de pago de pensiones al Sistema Público, por la crisis del INPEP y el ISSS que generaron un problema al Gobierno central para pagar a jubilados, algo que sigue sucediendo en la actualidad.
“Para el Estado este Sistema Privado ha sido terriblemente negativo, es una crisis financiera, son más de 7 mil millones de dólares que le debe el ministerio de Hacienda a las AFPs. Solo del fideicomiso son más de 6 mil que se le deben y Hacienda tiene que pagar y lo pone en su presupuesto todos los años”, enfatizó Villalona.
Uno de los aspectos más importantes y la última promesa era la sostenibilidad del sistema, que si bien para el sector privado sí sucedió, pues generó millonarias utilidades, mientras el Estado deuda pública.
