Algunas perspectivas: ¿Qué hacer? (III final)
(Carlos Bucio Borja)
A la memoria del Padre José María Tojeira. Que su ejemplo de honestidad, valentía y sabiduría nos guíe siempre. Según se cuenta, hubo un autómata construido de manera tal, que, acada movimiento de un jugador de ajedrez, respondía con otro, quele aseguraba el triunfo en la partida. Un muñeco vestido de turco, con la boquilla del narguile en la boca, estaba sentado ante el tablero que descansaba sobre una amplia mesa. Un sistema de espejos producía la ilusión de que todos los lados de la mesa eran transparentes. En realidad, dentro de ella había un enano jorobado que era un maestro en ajedrez y que movía la mano del muñeco mediante cordeles.
(Walter Benjamin: Tesis sobre la historia)
La recuperación de la libertad en El Salvador requiere la aplicación efectiva de los artículos 87 y 88 de la Constitución de 1983, que consagran el derecho del pueblo a resistir la usurpación del Estado de derecho y la opresión, así como la plena implementación de los Acuerdos de Chapultepec de 1992 para restaurar la democracia. Inspirada en las luchas históricas de nuestro pueblo y en movimientos juveniles globales, como los liderados por la generación Z en Nepal y Madagascar, que desafiaron regímenes autoritarios con protestas pacíficas y organizadas, la resistencia al régimen del bukelato debe ser estratégica y disciplinada.
Es crucial enfrentar amenazas como la represión estatal, el acoso digital y los intentos de deslegitimación, evitando excesos o violencia injustificada que puedan debilitar la lucha o reemplazar una tiranía por otra. Este esfuerzo debe unir a las nuevas generaciones en torno a una visión emancipadora, canalizando su compromiso colectivo para superar con valentía y responsabilidad los retos de la tiranía y el momento histórico.
XVII. Derrotado la dictadura, el pueblo salvadoreño debe forjar un nuevo contrato social mediante una Asamblea Constituyente que integre las aspiraciones y propuestas de Comités Populares de Liberación representativos de las demandas sociales.
XVIII. Vivimos nuevamente un tiempo en llamas, marcado por el fuego devastador de la tiranía y el fuego emancipador de hombres y mujeres libres que resurge con fuerza. Ante la ausencia de un proceso democrático genuino, la liberación de El Salvador solo podrá reconquistarse mediante una revolución inspirada en las gestas históricas, pero sin repetir sus errores. Este nuevo capítulo revolucionario debe comprometerse a completar los proyectos emancipadores interrumpidos del pasado, fortaleciendo la democracia y evitando recaer en el bonapartismo que caracteriza la dictadura actual del bukelato.
XIX. El pueblo salvadoreño debe seguir el ejemplo de Santa Marta en Cabañas. XX. VENCEREMOS. Esta es la ruta.

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