Una breve crítica…
Por David Alfaro
Esto refleja con claridad hacia dónde quiere llevar la Capitana-Ministra la educación salvadoreña: no hacia el pensamiento crítico, la creatividad o la formación integral, sino hacia un modelo cuartelario de control y obediencia.
El memorándum no habla de mejores condiciones en las escuelas, ni de resolver la falta de pupitres, material didáctico, comida escolar, de maestros interinos sin estabilidad. Habla de cortes de pelo, uniformes, saludos respetuosos y directores en la puerta vigilando como sargentos de compañía.
Esto no es educación, es disciplina militarizada disfrazada de pedagogía. Se coloca a los directores como “modelos de orden”, pero lo que se entiende es que serán policías escolares. Lo más grave es que amenaza con sanciones administrativas si no cumplen, es decir, la imposición se sostiene con miedo y castigo, no con diálogo ni acuerdos.
Al final, esta medida revela la obsesión del régimen por el control total de la sociedad desde la niñez. Lo que se busca no es que los estudiantes piensen, sino que obedezcan. Y cuando una escuela se convierte en antesala de un cuartel, lo que se está asesinando es la libertad de aprender y de ser jóvenes en plenitud.
Diario Co Latino 134 años comprometido con usted