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Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Sentados en un barril de pólvora, por la amenaza real y efectiva del Covid-19, que el sábado anterior hizo su primera aparición en la Villa Olímpica, el próximo viernes se inauguran en Tokio, a puerta cerrada, los Juegos Olímpicos de 2021.
“El primer caso positivo se detectó en la Villa Olímpica, tratándose de un extranjero, no atleta, que fue evacuado inmediatamente hacia una base asistencial y se procedió a la pronta sanitización del área y a intensificar los controles de bioseguridad en toda el área”, informó Masa Takaya, portavoz del Comité Organizador.
Este positivo salió a relucir cuando Japón, de 126 millones de habitantes, registra un repunte de casos, incluyendo más de mil en Tokio. A causa de este virus universal, estos Juegos fueron suspendidos el año pasado y para celebrarlos este año y al persistir este virus, el gobierno japonés, el comité organizador y el Comité Olímpico Internacional tuvieron que realizar intensas maniobras, a todo nivel, incluso diplomáticas. Del 23 de julio al 5 de agosto, estos juegos activarán a más de once mil deportistas de más de doscientos países, compitiendo en más de treinta disciplinas.
EL SALVADOR, CUESTA ARRIBA
Con respecto a El Salvador y con los pies sobre la tierra y realismo, la misión para los atletas salvadoreños se torna, de nuevo, cuesta arriba. Por ganas, entusiasmo, ilusiones y positivitez los chicos y chicas no se quedan atrás. No obstante y en esta prueba de fuego, deberán esforzarse al máxima y aprovechar al máximo sus breves minutos de fama mediática, como por ejemplo cuando desfilen en la ceremonia inaugural y cuando sus compromisos estén siendo televisados y la señal enviada a El Salvador.
A partir de los resultados, antecedentes y altísimo nivel, las expectativas para la causa salvadoreña son limitadas, tanto que solo el velerista Enrique Arathoon se perfila para mejorar su lugar 22 obtenido en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Al resto se le percibe una misión difícil, pero no imposible.
