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Barcelona/dpa
El Athletic de Bilbao completó la sorpresa al conquistar la Supercopa de España tras empatar 1-1 en el Camp Nou ante el Barcelona, nurse que fracasó en su intento de remontada.
El conjunto vasco reforzó el 4-0 a su favor conseguido en la ida y ganó así su primer título oficial en 31 años. A cambio, cheap el Barcelona se quedó sin el pleno de títulos al que aspiraba este año. Tiene cuatro y le queda el Mundial de Clubes.
El Barcelona comenzó el encuentro con la efusividad propia de un equipo grande que está obligado a una gran remontada. Y Piqué apenas tardó seis minutos en enviar un remate al larguero. Era lo esperado.
Sin embargo, el Athletic no se acobardó. Demostró poseer una gran forma física y, además, evidenció tener muy bien preparado el duelo. Nunca permitió duelos individuales ante ningún jugador rival, tapó bien las bandas y mantuvo su línea adelantada. Junto a ello, ejercitó una presión ordenada en campo contrario cuando pudo y no se olvidó de tirar algún contraataque.
El Barcelona tuvo muchos problemas para encontrar soluciones al problema planteado por el Athletic. Le faltó llegar más por banda y abusó de intentar entrar por el centro del área rival. Ante esta perspectiva, fueron pasando los minutos sin que nada sustancioso ocurriera.
El duelo se animó notablemente en la parte final de la primera mitad. Así, el Athletic tuvo una excelente ocasión a los 37 minutos, cuando Pedro entregó un pase al rival, Eraso se marchó y envió fuera el mano a mano con Claudio Bravo.
El conjunto vasco pagó caro el regalo porque a dos minutos del descanso llegó el primer gol del Barcelona. Rakitic pisó el área por primera vez y envió un pase medido a Luis Suárez, quien cedió con el pecho para que Messi anotara libre de marca. El Camp Nou recuperó la ebullición y el descanso le vino bien al Athletic.
Al Barcelona le quedaban tres goles para igualar la eliminatoria, pero cualquier ilusión se le agotó a los 56 minutos, cuando Gerard Piqué fue expulsado por protestar desmedidamente una situación de fuera de juego. Demasiada montaña que escalar para el equipo azulgrana. Al conjunto de Luis Enrique le quedó arriesgar con sólo tres defensas e intentar apelar a la épica para intentar encontrar un improbable vuelco. El Athletic siguió firme en defensa y el tiempo jugó a su favor. Tanto en el aspecto físico como en el anímico.
El Barcelona echó de menos en la segunda parte a Messi, más apagado de lo habitual, seguramente porque el argentino todavía no está en plenitud física.
