Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Las organizaciones de la Mesa Mujeres, Suelo y Tierra denunciaron el retroceso en las condiciones laborales y de acceso a la tierra para las mujeres, además, muchas trabajadoras no tienen acceso a seguridad social, indemnizaciones por despido o permiso por maternidad.
Alejandra Góchez, de la Confederación de Federaciones de la Reforma Agraria Salvadoreña (CONFRAS), dijo que en las maquilas y el empleo doméstico la explotación laboral y el acoso sexual siguen siendo una realidad silenciada, se incumplen convenios internacionales y la propia Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres.
“En los últimos años se ha agravado la violación sistemática de derechos laborales, la distinción en el acceso a la tierra y la falta de política, especialmente a las productoras del agro, el incremento de medidas en el precio de la canasta básica, servicios esenciales, combustibles, ha profundizado la pobreza, afecta a quienes destinan la mayor parte de sus ingresos al sustento familiar”, sostuvo.
Destacó que, a pesar de la doble jornada, sus salarios no alcanzan para cumplir las necesidades básicas, perpetuando siglos de desigualdad.
El aumento al salario mínimo propuesto por el gobierno es insuficiente para mitigar el alto costo de la vida.
Asimismo, reiteró que en el sector formal e informal las mujeres enfrentan despidos arbitrales, reducción de horas laborales y contratos sin garantía social. Muchas empresas aprovechan la falta de fiscalización del gobierno para negar prestaciones, maternidad protegida y salarios mínimos.
Alma Siliezar, representante del Sindicato de Mujeres Trabajadoras del Hogar Salvadoreñas (SIMUTHRES), dijo que no existen políticas efectivas de redistribución de la tierra con enfoque de género, lo que perpetúa la dependencia económica; el acceso a una vivienda digna sigue siendo un privilegio, sobre todo, a las mujeres en condiciones de pobreza, tanto en el área urbana como en la rural.
“En el campo, jornadas extenuantes son remuneradas con salarios de miseria, sin contratos escritos, ni protección legal,
denunciamos la extinción y precarización extrema que enfrentan las trabajadoras del hogar, que necesitan de reconocimiento como trabajadoras formales, pese a su esencial contribución económica”, manifestó.
Para Siliezar, este 1º de mayo es la oportunidad que las mujeres de todas las edades salgan marchar y exigir juntas políticas urgentes contra el alto costo de la vida, un aumento al salario mínimo digno de al menos el 25%, reforma agraria con enfoque de género que contemple la distribución equitativa de la tierra, estructuración de propiedad a nombre de mujeres y apoyo técnico para la producción sostenible.
Mientras tanto, la representante del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), Marisela Ramírez, consideró preocupante la falta de actividad en las instituciones del Estado, porque estas deberían ser las principales garantes de promover, crear y garantizar la aplicación de las leyes salvadoreñas e implementar programas en beneficio de las mujeres rurales y urbanas.