Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Ante las declaraciones del embajador de la República Popular China en El Salvador, Zhang Yanhui, quien aseguró que en El Espino “solo talarán un poquito” y los árboles serán “trasladados”, el Movimiento Todos somos El Espino pidió no repetir los errores que China ha denunciado en otros países sobre la pérdida de bosques por megaproyectos; honrar los principios de cooperación responsable y sostenible.
El movimiento ciudadano exhortó a detener cualquier intervención en El Espino hasta que exista un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) público, independiente y auditado por la academia. La amistad entre pueblos se fortalece con coherencia, no con daño irreversible, señala el Movimiento.
“Trasladar árboles de bosque primario urbano no es viable, las especies de El Espino no son macetas, un árbol no es un objeto, un ecosistema no es un mueble que se desconecta y se enchufa en otro lado, talar un poquito en una zona de recarga hídrica es devastador, cuando se interviene una zona de recarga hídrica no importa si talan 20, 200 o 2,000 árboles, basta una sola plataforma de concreto para alterar el ciclo del agua, reducir la infiltración y aumentar el riesgo de inundaciones”, reiteró el movimiento.
Los biólogos salvadoreños han explicado por décadas que El Espino es un bosque maduro, con raíces profundas, muchas imposibles de extraer sin destruirlas; interacción con aves, mamíferos y polinizadores, microclimas creados por la densidad del follaje, fauna que depende de la continuidad del bosque, no de árboles aislados.
El Espino es un amortiguador natural de lluvias intensas, en un país que ya registra el 92% de la lluvia anual antes de terminar octubre, destruir esta recarga hídrica es una sentencia contra las generaciones futuras.
Mientras se habla de “trasladar árboles”, en El Salvador los ríos mueren, como el Lempa; los lagos se deterioran, como Coatepeque e Ilopango; las comunidades se inundan sin apoyo estatal y las zonas de recarga desaparecen bajo urbanizaciones de lujo.
“El discurso diplomático no puede reemplazar la ciencia, apreciamos la cooperación internacional y la relación entre pueblos, pero la amistad entre naciones no se construye destruyendo lo que da vida a la población local, el respeto mutuo requiere transparencia, estudios públicos y diálogo, no simplificaciones que minimicen un ecocidio”, aseguró el movimiento Todos somos El Espino.
Destacó que China como potencia global conoce la importancia de restauración ecológica, conservación de cuencas, protección de pulmones urbanos, por qué promover en El Salvador lo que no permitirían en sus propias ciudades. El gobierno salvadoreño sigue guardando silencio, el presidente Nayib Bukele, el MARN, ni la Asamblea Legislativa han mostrado un solo documento técnico que avale esta intervención.
A la vez, externó que no hay estudio de impacto ambiental público, consulta ciudadana, plan de gestión de riesgos, identificación oficial de empresas constructoras, explicación sobre afectación a fauna incluyendo especies amenazadas.
“Llamamos a la ciudadanía a defender El Espino, porque es defender el agua, el clima, la biodiversidad, la vida humana, y el futuro del país, seguimos rumbo a 50,000 firmas en la petición de no destruir El Espino para construir CIFCO, seguimos defendiendo lo que todavía nos queda”, agregó.
Todos Somos El Espino inició la campaña ciudadana “Ojos en El Espino”, a fin que la ciudadanía documente con fotos y videos la tala o tierra removida en el lugar, láminas y cercos nuevos con seguridad privada, maquinaria y movimientos extraños.
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