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Cuando se clama al cielo y tiembla la tierra…

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Arabia Saudita e Irán son dos pueblos islámicos. Ambos pueblos se confrontan poniendo en peligro la precaria estabilidad del Próximo Oriente y del mundo. Somos testigos del conflicto reciente entre dos pueblos hermanos que profesan una misma fe. Veamos algunas de sus afinidades y algunos puntos de divergencias entre ambos países.

1. Arabia Saudita e Irán: dos pueblos con raíces históricas distintas que comparten una misma fe

Arabia Saudita su capital política es Riad, physician tiene un régimen monárquico, drugstore el idioma oficial es el Árabe, la religión es el Islam mayoritariamente sunnita, con pequeñas poblaciones chiitas. Tiene 29,129,895 habitantes, con un ingreso per cápita de US $25,466 y un desarrollo humano muy alto (0,837) ocupando el lugar número 39 de esta categoría en el total de los países del mundo; pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP),  a la Liga Árabe y al Grupo de los 20 países en desarrollo.

Irán es una República islámica, con el Líder Supremo a la cabeza y en segundo lugar un Presidente de la República, que aplica la Constitución y la Ley Islámica; el idioma oficial es el Persa, la religión es el Islam chíi; tiene una población de 79,853,900 habitantes, un ingreso per cápita de US $6,260, con un desarrollo humano medio (0.766) posicionándose en el lugar 69 de esta categoría en el conjunto de los países del mundo; pertenece a la ONU, la OPEP, la Organización para la Cooperación Económica (OCE) y es miembro observador de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).

Ambos países están apasionados por el futbol que se ha convertido en un deporte popular tal como ocurre en El Salvador.

Arabia Saudita e Irán tienen raíces culturales milenarias. La primera hunde sus raíces en la cultura árabe y la segunda tiene las raíces del imperio persa. Ambas culturas son atrayentes y apasionantes, reconocidas por la danza, la arquitectura, la pintura, la poesía, la literatura, el arte y también con la propia marca alimenticia reconocida internacionalmente.

La Arabia Saudita ha sido siempre poblada por el pueblo Árabe, que han sido muy buenos comerciantes, habitando en una zona desértica. El Islam nace en Arabia Saudita. Mahoma nació en la Meca, actual Arabia Saudita, seis siglos después de Jesucristo. Mahoma, según la tradición árabe, sufrió varios atentados y decidió trasladarse a Yazrib, la actual Medina.  Hay una rivalidad histórica entre ambos pueblos: Irán y Arabia Saudita. Ambos nacen en tierras de migraciones tribales, de conflictos, guerras y conquistas, hasta llegar a la constitución de sus respectivos estados modernos.

2. Dos pueblos creyentes que claman al Cielo

Las tensiones entre ambos países han sido de carácter histórico, económico, político y también religioso. Ambos pueblos tienen afinidades, no obstante, tienen raíces históricas distintas que los separan por conflictos políticos, económicos y también religiosos.

Arabia Saudita e Irán, dos países con dos historias y dos idiomas distintos pero con un horizonte cultural religioso común, ambos practicantes de la fe Islámica, ambos en la región del Próximo Oriente, cuya principal fuente de ingreso radica en el petróleo.

Arabia Saudita es el mayor exportador de crudo del mundo, con una reserva de gas natural que lo posiciona en el undécimo mayor poseedor de este hidrocarburo. Irán también es una potencia mundial de hidrocarburos, tiene la cuarta reserva de petróleo y la primera de gas a nivel mundial. Ambos tienen el recurso natural del petróleo, pero que al mismo tiempo se ha convertido en la manzana de la discordia muchas veces por los conflictos bélicos internacionales desatados en esa parte del mundo porque se busca el oro negro.

Irán ha solicitado a la Organización de los Países Productores de Petróleo que se establezcan cuotas de producción para evitar la caída de los precios del petróleo, mientras que Arabia Saudita ha incrementado la producción, y al  haber abundancia de la oferta del pétroleo en el mercado, bajan los precios del mismo, además con la desaceleración de la economía china, y la producción de combustibles alternativos, se ha favorecido la baja del precio del petróleo hasta llegar al rango entre los US $30.00 y US $40.00 por barril.

A la tensión religiosa entre los sunnitas de Arabia Saudita y los chiitas de Irán, se suma esta rivalidad geoeconómica entre ambos países. Además Washington solamente importa el 30% de oro negro en comparación al 60% de hace 10 años, debido a la revolución energética en curso. Por ejemplo, la estrategia de Estados Unidos es apostar por el consumo de otro tipo de fuentes de energía, en el año 2013, la mayor fuente de energía del país era a partir del petróleo (36%), seguido por el gas natural (27%), el carbón (19%), y por la energía nuclear (8%). El 10% restante fue suministrado por represas hidroeléctricas, y fuentes renovables.

Arabia Saudita es un país Sunnita pero Irán es un país Chiita. Los sunníes son el grupo musulmán mayoritario en la comunidad islámica mundial. Su nombre procede del hecho de que, además del Corán, siguen la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos al profeta Mahoma (Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Sunismo). El término Chiita tiene su explicación en la misma tradición musulmana: “El término “chía” es una forma abreviada de “chíat-u-Ali” lo que significa “Partidario de Ali”. Se refiere históricamente a los seguidores de lashi’a del Imám Ali, partido, facción o seguidores de Alí, en las luchas por el poder que siguieron a la muerte de Mahoma. Los chiíes consideran que poco antes de su muerte, Mahoma, al regresar de la peregrinación a La Meca, reunió a más de 100.000 creyentes en Ghadir Khum y dijo ante ellos que quienes le considerasen su maestro hiciesen lo mismo con ‘Ali Ibn Abu Talib” (https://es.wikipedia.org/wiki/Chiismo).

Dos posturas distintas para vivir la fe islámica que se confrontan. La muerte del imán chiita Nimr al-Nimr con la acusación de terrorismo y el asalto a la embajada Saudita en Teherán ha llevado a la ruptura diplomática con el enemigo histórico iraniano. El imán en el contexto chiita es el hombre de Dios por excelencia, hombres elegidos por Dios para ser ejemplo perfecto de los fieles. El líder chiita de 56 años fue ejecutado junto a otras 46 personas condenadas por “terrorismo”. La mayoría eran yihadistas del grupo Al Qaida (Cfr. http://lanacionweb.com/internacional/tension-en-oriente-medio-por-ejecucion-de-lider-chiita-saudi/). Irán y Arabia Saudita son dos pueblos que tienen el mismo Dios, pero que en su confrontación al clamar al cielo también hacen temblar el Próximo Oriente, el Oriente Medio y el mundo entero.

3. Las diferencias religiosas y las tensiones políticas, económicas y militares

Esta crisis se ha desatado en la coyuntura en la cual los países de occidente tienen un juego político ambiguo en el Próximo Oriente. En esta región del mundo hay abundante petróleo y también se ha creado un mercado de armas muy rentable para la industria militar. En la lista de los principales países exportadores de armas del mundo, según un ranking del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), en los últimos cinco años están: Estados Unidos, Rusia, China, Alemania y Francia. Entre los cinco controlan el 73 por ciento del mercado de exportaciones de armas, destacando Estados Unidos (con un 31% del mercado en el periodo comprendido entre 2010 y 2014) y Rusia (con un 27%) (Cfr. http://www.europapress.es/internacional/noticia-quienes-son-principales-exportadores-armas-paises-venden-20150316140647.html).

Arabia Saudita es el principal comprador de armas en el mundo, y le siguen: La India,  China, Emiratos Árabes Unidos, Taiwán, Australia, Corea del Sur, Indonesia, Turquía y Pakistán. Tres de los principales compradores de armas en el mundo están situados geográficamente en el Próximo Oriente.

Arabia Saudita se ha distanciado de la política exterior de la administración de Barack Obama por los acuerdos nucleares con Irán y también por la concesión al gobierno de este país con el programa nuclear. Poniendo a Arabia Saudita en desventaja estratégica porque Irán tiene un programa nuclear cuya capacidad científica le da la posibilidad de fabricar la bomba atómica, pero Arabia Saudita no tiene esa capacidad. No obstante, no es muy probable que exista una ruptura entre Arabia Saudita y los Estados Unidos, pues ambos países tienen programas conjuntos de seguridad y de defensa, de formación militar, de compra y venta de armas. Vínculo que sería difícil de romper.

La crisis estalla después de la muerte del imán al-Nimr y del asalto de la embajada saudita en la capital iraní. Irán considera que la ruptura de relaciones diplomáticas decidida por Arabia Saudita no borrará el “error estratégico” de la ejecución del jefe chiita saudita Nimr Baqer al Nimr. La ciudad de Riad, que es la ciudad más grande del Reino de Arabia Saudita y también conocido como el mayor centro económico del Medio Oriente, canceló los vuelos y relaciones comerciales con Irán. Mientras Las autoridades de Riad anunciaron la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Irán tras los ataques contra sus sedes diplomáticas en Teherán y Mashhad (noreste), incendiadas (Cfr. https://www.diariocolatino.com/tension-en-el-medio-oriente-por-ejecucion-de-clerigo-chiita/). Inmediatamente el efecto dominó se hizo sentir, Bahréin, Emiratos Árabes y Sudán hicieron lo mismo, rompieron relaciones diplomáticas con Teherán. También dos mezquitas sunnitas han sido objeto de atentados terroristas en Irán.

Moscú ofreció su mediación para resolver el conflicto por la vía política y diplomática, mientras que John Kerry, Secretario de Estado de los Estados Unidos, llamó a la moderación y evitar la escalada bélica entre estos dos países que supondría una guerra regional, con grandes riegos de ampliarse en la comunidad internacional dada las implicaciones políticas y diplomáticas en esta parte del mundo. Arabia Saudita e Irán son los poderes regionales más fuertes.

El riesgo en este contexto del Próximo Oriente es que se aborten los esfuerzos por lograr una pacificación en el conflicto de Siria. Estados Unidos ha querido que tanto Irán como Arabia Saudita establezcan un canal diplomático directo para afrontar la guerra en Siria.

La Liga Árabe decidió convocar a una reunión de emergencia solicitada por los sauditas. El objetivo es mediar en la crisis. La Unión Europea ha pedido que se preserve el diálogo sobre la Siria. El invitado especial de la ONU por la Siria, que se desplazaría a la ciudad de Raid y después a Teherán para desactivar la crisis (Cfr. Periódico Avvenire, martedì 5 Gennaio 2016). El asalto a la embajada saudita en Irán ha provocado una crisis regional. Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Sudán han retirado sus embajadores de Teherán. Creando una incertidumbre en la comunidad internacional sobre el desenlace de la crisis entre estos países vecinos y pueblos hermanos.

Teherán acusó a Arabia Saudita de haber bombardeado la sede diplomática iraní en Adén, Yemen. Sería una catástrofe que las tensiones entre estos dos países islámicos se extendieran en el Próximo Oriente. Se acusa a presidente Barack Obama de no tener una política exterior definida ni clara con respecto a estos países, pero el resultado de las intervenciones militares en los años pasados ha sido desastroso para estos países en esta región del mundo. Al parecer, abstenerse de implicarse militarmente en estos conflictos es la opción más realista y viable para no seguir afectando estos pueblos.

En Libia y en Irak después de la intervención de las guerras de Estados Unidos y países de Occidente se ha dejado un vacío de poder con el derrocamiento de Omar Gadafi y Sadam Husein, que ha posibilitado el surgimiento del Estado Islámico en Próximo Oriente.

Todos tenemos un gran temor a una guerra como las dos anteriores guerras mundiales del siglo XX, pero ahora con el agravante de todos los avances tecnológicos e informáticos de la industria militar. Cuando se está clamando al cielo en estos conflictos y tensiones del Próximo Oriente, se está estremeciendo la tierra. En esta coyuntura surge una vez más la importancia del tema de la fe, el diálogo interreligioso y la política. Temas extensos pero que vale la pena seguir analizando y reflexionando en próximos artículos de opinión.

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