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Por: Rolando Alvarenga
A partir de la cruda e irrefutable realidad de que el nuevo coronavirus (COVID-19) causará pérdidas millonarias a la economía mundial y, sin excepción de El Salvador, el deporte salvadoreño estará contra la espada y la pared, por lo que los Juegos Centroamericanos Santa Tecla 2021 terminarán naufragando.
Y es que en su oportunidad el Comité Organizador de Santa Tecla 2021 (COTECLA) informó que su inversión oscilará entre los sesenta millones de dólares.
Sin embargo, antes de que apareciera el mortal COVID-19, no se tenía en la tesorería del COTECLA los recursos, que proyectan captarse del Gobierno de El Salvador, Empresa Privada, alcaldía de Santa Tecla y, principalmente, de un préstamo al Banco Centroamericano de Integración Económica.
Con los pies en la tierra y dos dedos de frente, la justa centroamericana apunta a suspenderse, porque todos los esfuerzos y la inversión económica mundial y local serán destinados o enfocados a levantar el cadáver de la economía, cuando algún día el virus mortal haya pasado o haya sido controlado. Por ello, el apoyo financiero al deporte no será prioritario para el Gobierno, la empresa privada y, menos, para el BCIE.
Cabe mencionar que hay una posibilidad de que los Juegos Centroamericanos de Santa Tecla sean postergados para el 2022, lo cual significaría un doble gasto porque en ese mismo año están programados los Juegos Centroamericanos y del Caribe, a realizarse en Panamá.
Es decir, a los sesenta millones de los Juegos Centroamericanos habría que sumarle los costos de la participación de los Centroamericanos y del Caribe.
De acuerdo a mis proyecciones, la justa centroamericana de Santa Tecla solo podría o podrá ser rescatada, si el COES y la alcaldía tecleña extraen sesenta millones de sus tesorerías y los donan para salvar los juegos. ¡No creo!, más bien, creo que naufragarán.
