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Alexander Pineda
@DiarioCoLatino
El Movimiento Social Comunitario (MSC) entregó bolsas con granos básicos a pobladores de las comunidades Minerva y Nicaragua II, al sur del municipio de San Salvador. Este fue el inicio de la segunda fase de entrega de productos de la canasta básica, en la que se prevé beneficiar a 30 mil personas, según estima el MSC.
Germán Muñoz, director del MSC, explicó que en la primera fase ya se entregaron 15 mil bolsas con víveres y el objetivo se centra en paliar las necesidades de alimentación de un gran número de familias afectadas por las medidas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
Muñoz detalló que el valor de la canasta entregada es de aproximadamente $12 en productos como arroz, frijol y aceite, y es producto de la cooperación de la empresa privada y salvadoreños en el extranjero. Para las entregas, se evaluó a quiénes dentro de las comunidades era necesario priorizar, aseguró.
“Dios es el que toca los corazones de estas personas, es una gran bendición”, dijo María Esperanza Chávez, después de recibir la bolsa con víveres; en su hogar viven cinco personas, su padre con discapacidad, sus nietos y su nuera, quien es la que provee y se ha visto afectada por la cuarentena domiciliaria obligatoria vigente desde el pasado 21 de marzo.
En suburbios capitalinos, como la Comunidad Nicaragua II, residen centenares de vendedores del centro de San Salvador, quienes desde hace más de tres semanas tienen sus lugares de venta, en muchos casos su única fuente de ingresos, cerrados al público; es el caso de Carmen Gómez, al retirar su canasta básica afirmaba estar contenta de recibir ayuda en un contexto tan difícil y lleno de incertidumbre.
María Elena Díaz cumplió noventa años en enero pasado y agradeció recibir la canasta de granos básicos porque, según contó, ya no tenía qué comer y le daba miedo que las autoridades la trasladen a un centro de contención, de sorprenderla transitando en las calles, pues ya se lo advirtieron en una ocasión, relató. Doña María Elena vive sola, su hijo que la acompañaba falleció en diciembre, y como miles de salvadoreños y salvadoreñas, subsiste del día a día, de una pequeña venta improvisada afuera de su vivienda.
