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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Agricultoras que integran la Mesa Sectorial de Gestión Ambiental y Cambio Climático, del Foro Nacional de Salud (FNS), señalaron que en las comunidades ya existen familias en crisis alimentaria, debido a que durante la cuarentena por COVID-19 no lograron obtener ingresos para alimentar sus familias y ahora por las recientes tormentas Eta e Iota han perdido las cosechas de frijol en un 75 % y el 60 % en maíz que tenían previsto recoger.
Sonia Lidia Brito -representante de la Asociación Agropecuaria Mujeres Produciendo en la Tierra (AMSATI)- pidió al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) implementar un plan de emergencia dirigido a las familias afectadas y que les ayude a recuperar las pérdidas, así como dar un subsidio a los pequeños productores.
“Pedimos garantizar la cadena de producción y comercialización de los pequeños productores, así como implementar políticas agrícolas para fortalecer el trabajo de las mujeres rurales y campesinas. Es necesario implementar un proceso de transformación del sistema agrícola, que garantice la soberanía y seguridad alimentaria del país y principalmente de las familias de las zonas rurales”, dijo Brito.
Asimismo, externó que las familias al no contar con ingresos regulares debido a la pandemia y haber perdido la cosecha en más del 50 %, la cual garantizaría utilizar los excedentes en los gastos de educación, salud, vestuario e insumos agrícolas para el próximo año, aumenta la desigualdad y la violencia estructural en las comunidades.
Reiteró que esta situación de crisis alimentaria afecta más a las mujeres y la niñez, y se agudizó porque el Gobierno no implementó un plan de apoyo a la agricultura durante y después de la cuarentena, principalmente con aquellas agricultoras que viven de la producción y comercialización de hortalizas y verduras, actividad que no pudieron desarrollar debido a la emergencia sanitaria, siendo severamente afectadas en sus ingresos.
La representante de AMSATI consideró importante que el gobierno diseñe e implemente políticas públicas que promuevan la agroecología, con el objetivo de proteger el medio ambiente, además, de asistir a los agricultores para que estos sean capaces establecer de establecer medidas de adaptación viables a los estragos del cambio climático y promover el uso de semillas criollas o nativas, ya que han demostrado ser resistentes a las alteraciones climáticas.
María Méndez (integrante del FNS) indicó que el gobierno central no ha llegado a las comunidades para censar a los agricultores por las pérdidas en sus cultivos, tanto de las tormentas como durante la pandemia del COVID-19, pese a que recibieron los dos paquetes alimenticios estos no han sido suficientes para sobrevivir, “hemos logrado ir saliendo adelante gracias a ONG’s que trabajan en los territorios quienes también donaron alimentos”, reiteró.
Entre los municipios con más pérdidas en cultivo de maíz y frijol están Santa Catarina Masahuat, Guaymango, Quezaltepeque, Jiquilisco, Jicalapa, Guacotecti, San Juan Nonualco, Santa Tecla y Nueva Granada.
