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Por Cristóbal Chávez Bravo
SANTIAGO/Xinhua
El voto con carácter obligatorio será uno de los factores clave en el plebiscito constitucional chileno del próximo domingo, el segundo intento por cambiar la Constitución tras el rechazo a la propuesta anterior, afirmaron expertos.
Más 15 millones de personas están habilitadas para sufragar en el plebiscito constitucional, según el Servicio Electoral (Servel) de Chile, una votación que es obligatoria y que llevará nuevamente a los chilenos a votar por un proyecto para cambiar la Carta Magna.
El texto presentado para modificar la Constitución chilena resalta por su carácter conservador, en tanto busca fortalecer el derecho privado y abogar por instituciones más estables, en desmedro de las minorías, explicaron los expertos.
Para el director ejecutivo del Observatorio de Historia y Política de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Raúl Burgos, hay incertidumbre con respecto al resultado por las condiciones generales en las que se realizará este plebiscito.
La propuesta para modificar la Constitución chilena la redactó el Consejo Constitucional, un órgano compuesto por 50 integrantes elegidos democráticamente que trabajaron sobre la base de un borrador preparado por un consejo de expertos designado anteriormente por el Congreso Nacional.
El texto emanado busca reemplaza la Constitución de 1980, redactada en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que ha recibido modificaciones importantes, pero no estructurales durante los gobiernos democráticos posteriores.
Burgos aseveró a Xinhua que el plebiscito estará influido por el debate en torno a la gestión del gobierno, en la que sectores del oficialismo y de la oposición han tratado de movilizar a sus adherentes según sus intereses.
En este escenario, el Gobierno de Chile se ha manifestado en contra y gran parte de la oposición a favor.
“En ambos procesos ha primado un comportamiento más partisano, excluyente, de los actores políticos que han conducido el debate. Esto ha impedido la confección de un proyecto constitucional que genere consenso a partir de ciertos mínimos comunes y que demuestre que cada sector político está cediendo en sus intereses”, profundizó el experto chileno.
Burgos detalló que el voto obligatorio es “muy importante” en este proceso porque muchas personas, al no tener historia de participación electoral previa, hacen difícil prever sus preferencias o proyectar un resultado que recoja el sentir de muchas personas que no han participado en otras elecciones.
El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Tarapacá, Javier Valle, complementó que, en este plebiscito, a la mayoría del pueblo chileno le cuesta ver la conexión con asuntos concretos de una Constitución.
“Es muy poca la gente que sabe qué es, y qué no es, una Constitución”, dijo a Xinhua el experto.
Valle abundó que ambos procesos constitucionales, por razones diferentes, se hicieron de forma poco cuidadosa. “Creo que la sensación ambiental fue que hubo poca seriedad”, indicó.
También coincidió en que el voto obligatorio incorpora un elemento de incertidumbre.
“Esa masa relativamente nueva de electores, que antes nunca había participado, es impredecible. Además, La imagen que la élite política tiene de esos nuevos electores es paternalista. No ha habido un esfuerzo por exponer la complejidad del asunto”, profundizó Valle.
En tanto, el académico Mario Herrera, del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, afirmó a Xinhua que en el último plebiscito la participación fue alta, pero los resultados del próximo domingo están altamente condicionados por la percepción que exista sobre la efectividad de las sanciones por no ir a votar.
“Eso puede inclinar la balanza y eventualmente cambiar el resultado”, explicó el máster en Política y Gobierno.
De acuerdo con el Servel, la multa por no acudir a las urnas el próximo domingo van de 0,5 UTM (Unidad Tributaria Mensual) a 3 UTM, es decir, de 32.108 a 192.648 pesos (de unos 37 a unos 221 dólares), según el valor reportado por el Sistema de Impuestos Internos de Chile hasta este mes de diciembre.
El ente electoral precisó que el voto de los chilenos con domicilio en el extranjero será voluntario y que serán excusadas de sufragar las personas con enfermedades, las que se encuentren fuera del país o a más de 200 kilómetros del domicilio electoral el día de la elección o por otro impedimento grave que pueda ser comprobado ante un juez.
Herrera apuntó que en el electorado chileno existe una fatiga electoral, producto de la pandemia y de los procesos constituyentes.
“En Chile ha habido cerca de ocho jornadas electorales y más de 21.000 candidatos en apenas cuatro años. Esto implica un cansancio de la ciudadanía hacia la clase política”, profundizó.
Coincidió en que el voto obligatorio “es el principal determinante de la elección del domingo”.
“Hay dos escenarios posibles. El primero que las personas perciban que las sanciones no son efectivas y, dado el bajo interés que genera el proceso, no vayan a votar. Esto puede disminuir el voto de apatía que se distribuye mayoritariamente hacia el (voto) en contra. El segundo es que la gente concurra nuevamente a las urnas, pero que termine anulando su voto o manifestando una opción de descontento”, dijo.
Las últimas encuestas publicadas han mostrado que el voto a favor y en contra se han ido estrechando en el último tiempo, aunque en la mayoría el rechazo tiene la preferencia.
“Ninguna elección del último tiempo se ha logrado revertir. Si las encuestas están en lo correcto, no debiese cambiar el resultado”, apuntó Herrera. Fin
