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Antonio Valencia / [email protected]
A tan solo una hora de Bogotá, Colombia, un templo subterráneo tallado en sal está atrayendo a miles de visitantes estas vacaciones. Se trata de la Catedral de Sal de Zipaquirá, reconocida como la Primera Maravilla de Colombia. Un lugar turístico que es imperdible para quienes buscan una experiencia que combine naturaleza, arte, historia, espiritualidad y aventura.
Ubicada a 180 metros bajo tierra en una mina de sal activa, la Catedral es única en el mundo. Su recorrido, que se extiende por túneles iluminados con juegos de luces envolventes y esculturas talladas en sal, ofrece una experiencia multisensorial. Más allá del aspecto religioso, el complejo incluye museos temáticos, cine 3D, tiendas de artesanías, un espejo de agua y una oferta turística adaptada para todo tipo de público, incluyendo familias, parejas, grupos de amigos e incluso visitantes con mascotas.
Uno de los mayores atractivos es la cruz de sal de 16 metros, considerada la más grande del mundo en su tipo, y el recorrido por las 14 estaciones del Viacrucis, también talladas en sal. Para los más aventureros, la Ruta del Minero y un muro de escalar de 17 metros al aire libre, ofrecen dosis de adrenalina y aprendizaje para grandes y chicos. Además, la visita puede extenderse al encantador pueblo de Zipaquirá, que complementa la experiencia con su arquitectura colonial, su gastronomía y la calidez de su gente.
Con accesos fáciles por carretera, transporte público o a bordo del tradicional Tren de la Sabana, la Catedral de Sal representa una opción original, educativa y emocionante para quienes desean vivir unas vacaciones diferentes.
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