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José Roberto Rugamas Morán*
El actual modelo de medio de comunicación de radio y televisión en El Salvador se encuentra en un proceso de revisión obligado por la Sentencia de Inconstitucionalidad emitida en julio por la Sala de lo Constitucional de Corte Suprema de Justicia, sildenafil en solución a dos demandas presentadas por la Red por el Derecho a la Comunicación (ReDCo).
En un singular esfuerzo de síntesis, podemos opinar que existen visiones e intereses aparentemente divergentes sobre las telecomunicaciones de radio y televisión. En primer lugar la concepción imperante en la Ley desde 1996, según la cual el espectro es un bien más sometido a las leyes de un mercado desregulado y en consecuencia, voraz. En segundo lugar, la visión nueva que admite la participación inclusiva y plural de diferentes sectores, con posibilidades reales de existir, cada uno en su campo y respetuoso de la presencia del otro.
Sin embargo, las visiones progresistas y conservadoras no son la única disyuntiva; esto se trata de una cuestión más compleja, porque se conjugan intereses y prejuicios comerciales y económicos; la regulación sobre libre competencia; ideologías políticas; normas legales nacionales e internacionales; una limitada capacidad técnica del espectro; una gran cantidad de sujetos interesados en su explotación; el desarrollo de nuevas tecnologías de la información y comunicación y un mandato jurídico-político para que el Estado actúe como ente rector de las telecomunicaciones, entendidas como un servicio esencial a la colectividad.
En este esquema situacional, la Sentencia de la Sala de lo Constitucional no es la última palabra, sino el mecanismo jurídico para abrir el debate político que de otra forma no había sido posible iniciar, esa sentencia representa el quiebre de un muro que los partidos conservadores tenía blindado. Ninguna de las anteriores iniciativas ciudadanas para reformar la Ley de Telecomunicaciones o creación de Leyes de Medios Comunitarios, había llegado a discusión de diputados y diputadas.
Este primer paso, llevó ahora el asunto al Órgano Legislativo, pero las reformas legales también son paso momentáneo de la cuestión, el resultado de estas discusiones tampoco debe ser tomado como el final. La dinámica evolución de las tecnologías y la consolidación del modelo democrático de participación directa, obligarán a que este debate nunca descanse. Lo que si queda para valorar a futuro, es la responsabilidad de los actuales líderes políticos y la respuesta que están ofreciendo a esta etapa de la historia a la ciudadanía.
Las decisiones inconsultas pueden hacer colapsar en lo técnico, la capacidad de operar del espectro analógico actual y en su futuro digital. En lo político, la arbitrariedad de la derecha, sencillamente prolongará un conflicto, porque eso ocurre con todos los conflictos abordados por la fuerza, más que con la razón. A esto sumamos que la concepción actual sobre la Libertad de Expresión como derecho humano fundamental, difumina el principio de soberanía nacional, ahora el control de pesos y contrapesos incluye la posibilidad de revisión de estos temas por la Comisión Interamericana y Corte Interamericana de Derechos Humanos.
*Abogado, miembro del Colectivo Oveja Negra y de la ReDCo.
