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El pasado sábado, pobladores de varias comunidades del norteño departamento de Chalatenango le cerraron el paso en la longitudinal del norte, al abogado de la Sala de lo Constitucional Florentín Meléndez.
Meléndez pretendía dar una charla sobre la Constitución a una población del departamento Chalateco, pero no acudió, cuando fue advertido que le esperaba una manifestación para cortarle el paso.
Florentín Meléndez, junto a Sidney Blanco, Rodolfo González y Belarmino Jaime han promulgado sendas y polémicas sentencias que han provocado el descontento popular. Hasta hace un año, las resoluciones de la Sala, pese a la zozobra jurídica que ocasionaban, todavía contaban con el respaldo popular, y en el menor caso, con el silencio.
Pero las lisonjas terminaron, cuando los sectores populares y sociales se dieron cuenta que los cuatro abogados de la Sala y un suplente, respondía a una agenda oscura, diseñada y dirigida desde la penumbra por golpistas o desestabilizadores.
Los cuatro abogados de la Sala, en su línea de golpear la institucionalidad, y de paso, convertirse en un “Gobierno de los Jueces”, han modificado la Constitución a su antojo, y han transformado hasta el Órgano Legislativo, al anularle los diputados suplentes con la mayor desfachatez y la prepotencia que solo le dan los poderes fácticos y oscurantistas.
El pueblo, poco a poco se ha ido dando cuenta de la verdadera naturaleza de los cuatro abogados de la Sala y su suplente, por eso sale hoy a denunciarle y acusarle. “Magistrados corruptos, fuera”, “Chalatenango heroico, fuera de aquí magistrados corruptos”, se leía en los carteles que portaban los pobladores chalatecos.
Mientras, en portones de algunas instituciones, o en pasarelas, los sectores populares han colocado mantas denunciando la agenda oculta de los cuatro abogados de la Sala.
Nos parece valioso que la ciudadanía alce su voz en contra de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, porque el daño que le han ocasionado y le seguirán ocasionando a la institucionalidad es grave, y no pueden ni aplaudir ni mucho menos quedarse callados.
En la medida que el pueblo organizado siga denunciando los atropellos que los cuatro abogados de la Sala y su suplente cometen contra la Constitución y contra la institucionalidad, en esa medida, el resto del pueblo salvadoreño se irá quitando el velo que le impide conocer lo que está detrás de esos abogados perversos.
Meléndez, Blanco, González y Jaime se han endiosado, pero poco a poco el pueblo los está bajando del pedestal.
