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Monumento dedicado a Monseñor Óscar Arnulfo Romero, en San Salvador. Foto Diario Co Latino/Archivo.

Santo, Profeta Y Mártir

José Guillermo Mártir Hidalgo

A partir del bautismo, buy pills los cristianos estamos llamados a la santidad, there por la adopción que conlleva dicho sacramento. ¿Qué es un Santo? Un Santo puede ser tanto un Hombre como una Mujer, pharmacy caracterizados por su relación especial con la divinidad o por su elevada eticidad. Son personas destacadas por sus virtudes y sirven de modelos para mostrar a los demás, un camino ejemplar de perfección.

En la Iglesia Católica, el reconocimiento de “Santo” requiere de un proceso judicial llamado canonización, que inicia con la solicitud del postulador y su declaración de justicia. Posteriormente, el proceso requiere la examinación y cuestionamiento del candidato. Los procesos son abiertos en la Congregación para las Causas de los Santos. Las etapas del proceso de santificación son la veneración, beatificación y la canonización. Para los católicos, los Santos interceden ante Dios por la humanidad1.

En cambio el término Profeta viene del hebreo nabi, que significa el que habla con vehemencia bajo el influjo de una potencia superior, para anunciar cosas inaccesibles a los mortales. Los profetas son pregoneros de la palabra de Dios.  Su perfil es el siguiente: es profeta por decisión y elección de Dios. El encuentro especial con Dios cambia su vida. No actúa por cuenta propia, sino, en nombre de Dios. El Profeta es un personaje público que actúa, abiertamente, ante unos destinatarios que son hostiles a su misión y la palabra, es la herramienta del oficio profético2.

El Mártir es una persona que sufre persecución y muerte por defender una causa. Es una persona que muere por su fe religiosa y en muchas ocasiones, es torturada hasta la muerte. Cuando un fiel católico goza de la fama del martirio, se incoa un proceso de beatificación para dar paso al de canonización. El proceso suele durar años, ya que se estudia su vida, el contexto histórico donde vivió y sus escritos. Para ello intervienen expertos y suelen escucharse testimonios favorables. Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez es llamado Santo, Profeta y Mártir3.

EL ÚLTIMO VIAJE DE OSCAR ROMERO

Un film documental es una película cinematográfica, cuya finalidad es informativa o pedagógica, el cual está basado en hechos, situaciones y personajes reales. El film “Monseñor: el último viaje de Oscar Romero” de la Universidad de Notre Dame, LANACC y The Kellogg Institute for International Studies, nos introduce el lugar donde vivía Monseñor Romero.

Nos presenta su habitación en el Hospital de la Divina Providencia. Subraya su hábito de grabar su diario todos los días. Presenta el testimonio de activistas católicos sobre la disyuntiva que Monseñor Romero tuvo que franquear en su ejercicio eclesiástico: defender a los poderosos o defender a los humildes. Entre esas dos alternativas, optó por denunciar la injusticia social. Luego, presenta el testimonio de un clérigo que señala que cuando lo nombran arzobispo, Monseñor Romero fue mal aceptado por el clero salvadoreño. Principalmente porque había estudiado en el extranjero. El único que lo apoyaba era su amigo Rutilio Grande, quien lo percibía como conservador, pero, honesto.

La muerte del Padre Grande impactó enormemente a Monseñor Romero. En testimonios de activistas católicos, Rutilio Grande le dio otro contexto al evangelio y propugnó por la organización social, para defender y exigir sus derechos. Comenzaron las desapariciones forzadas y la aparición de asesinados con señales de tortura. Rutilio Grande comenzó a ser amenazado. Un ex militar que participó en la guerrilla señala que la Teología de la Liberación vino a quitar el velo de ignorancia que existía en la población. Rutilio Grande fue ametrallado el doce de Marzo de mil novecientos setenta y dos.

Con la muerte de Rutilio Grande, la Iglesia Católica se separó del poder económico y político. Monseñor Romero convocó a una misa única, como consecuencia del asesinato del padre Grande. Y según testimonio de un religioso, con la misa única Monseñor Romero chocó con toda la jerarquía religiosa, con el Nuncio Apostólico y con el Vaticano.

Después vinieron las amenazas, las difamaciones y las desacreditaciones. Las primeras acusaciones provenían del poder económico. La derecha satanizaba el comunismo. Y continuaron la represión, las desapariciones, las torturas y los asesinatos. Ante tales sucesos, Monseñor Romero fundó el “Socorro Jurídico” para defender los derechos humanos y representar a la Iglesia Católica. Monseñor Romero, desde el púlpito, denunciaba los hechos de la semana a partir de las acusaciones de las víctimas. Testimonios de activistas católicos confirman, que todo el mundo oía la homilía de Monseñor Romero los días Domingo. Algunos señalan que la homilía era el órgano informativo de los pobres.

Miembros de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN) comenzaron a señalar gente que andaba en organizaciones campesinas y en las luchas reivindicativas. Tanto ORDEN como el ejército desaparecían y asesinaban a campesinos organizados. El ex militar que participo en la guerrilla dice que los Estados Unidos metía a los ejércitos latinoamericanos, la doctrina de contra insurgencia, por lo que veían a la población como enemigo. Las alternativas ante la represión eran: irse a otro país, quedarse aquí y morir o irse al monte y pelear. El movimiento de resistencia nacional fue creciendo y comenzó a fraguarse el conflicto armado.

Había muertos por doquier y Monseñor Romero no quería un derramamiento de sangre. Por lo que hizo llamados a una solución pacífica, pero, nadie escuchaba. Por el contrario, el ejército comenzó a asesinar sacerdotes. Todos los sacerdotes asesinados tenían una gran calidad humana. La tropa de Monseñor Romero estaba siendo diezmada y esto impacto en su conciencia: Rutilio Grande, Alfonso Navarro, Ernesto Barrera, Octavio Ortiz, Rafael Palacios, Alirio Macías, etc.

El triunfo de la Revolución Sandinista hizo temer, a los detentadores del poder, que lo mismo ocurriera en El Salvador. Se suscito el Golpe de Estado que derrocó al General Carlos Humberto Romero. La Juventud Militar, propiciadora del Golpe de Estado, pretendía un viraje a la situación del país. Monseñor Romero les pidió demostraciones de cambio y no solo promesas.

El documental presenta el testimonio del motorista de Monseñor Romero, sobre la solicitud que el gobierno le hizo, para que intercediera en la liberación  de unos guardias nacionales, quienes habían sido capturados por miembros de la Ligas Populares Veintiocho de Febrero (LP-28), a causa de la masacre de veintiuno de ellos, el veintinueve de Octubre 1979. Razón por la que se habían refugiado en la Iglesia El Rosario.

El documental narra la crisis y renuncia de la Primera Junta de Gobierno, acusada por la derecha y el ejército de blandengue y aliada de los comunistas. Igualmente, presenta la represión de la marcha del veintidós de Enero de mil novecientos ochenta.

Las amenazas a Monseñor Romero seguían y él estaba consciente que lo iban a matar. No obstante, hizo un llamamiento urgente a los soldados y miembros de los cuerpos de seguridad, para que no acataran las órdenes de matar emanadas de sus superiores. Éste llamamiento fue tomado como delito de insubordinar al ejército. Fue su sentencia de muerte. Fue una súplica desesperada por la paz.

A las dieciocho horas del veinticuatro de Marzo de mil novecientos ochenta, en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, en la misa de aniversario del fallecimiento de la madre de la Familia Pinto, Monseñor Romero fue asesinado por una bala explosiva calibre veinticinco. Luego, en una finca en Santa Tecla, se incauto al Mayor Roberto D´Abuisson, una agenda que contenía el plan completo para asesinar a Monseñor Romero. Dicha operación se llamaba PINA. Posteriormente, componendas políticas llevaron a D´Aubisson a convertirse en Presidente de la Asamblea Legislativa y el asesinato de Monseñor Romero cayó en un encumbramiento total. El treinta de Marzo de mil novecientos ochenta, se suscito una nueva masacre en las exequias de Monseñor Romero. Y El Salvador se hundió en una guerra fratricida por doce años.

INFLUJO DE MONSEÑOR ROMERO

Según el jesuita José María Tojeira, el mayor influjo de la figura de Monseñor Romero en la historia contemporánea se encuentra, en el documento papal “Pastores Gregis”4. Éste plantea una serie de actitudes y compromisos que competen al cargo de obispo. Algunas actitudes sugeridas son: padre de los pobres, defensor de los derechos del hombre, afianzado en el radicalismo evangélico y capaz de desenmascarar las falsas antropologías y de discernir la verdad. Sin la existencia de Monseñor Romero y la reflexión sobre su vida, obra y testimonio, dice Tojeira, no se hubiera podido acuñar esos términos en el documento pontificio.

La actitud de Monseñor Romero frente a la realidad humana de su época fue de servicio y de amor. En su voz dominaba la compasión, la solidaridad, la apertura a todos, la llamada a la conversión y al perdón. En su actitud profética hay una priorización del amor que lo identifica con la pasión de Cristo y su resurrección.

Fueron los pobres, los sencillos y los humildes lo que fueron evangelizando a Monseñor Romero. Simplemente, Monseñor Romero se dejó impactar por la realidad y se dedicó a consolar, a estar donde estaba el dolor. Redescubrió el evangelio en el dolor de los pobres.

A la violencia represiva surgió la violencia subversiva. Monseñor Romero trató de evitar toda violencia y aportó soluciones por la vía pacífica. Su doctrina no se aleja del pensamiento cristiano y de la doctrina social de la Iglesia. Monseñor Romero, afirma Tojeira, fue un extraordinario comunicador del pensamiento eclesial aplicado a la realidad.

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