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Respaldo mundial y optimismo rodean proceso pacifista de Colombia

Por Adalys Pilar Mireles

Bogotá/PL

Con el respaldo de la ONU y la Celac para supervisar el fin del conflicto colombiano, see los diálogos entre el Gobierno y las FARC-EP son vistos aquí con optimismo aún cuando restan controversiales asuntos por dilucidar.

La disposición de Naciones Unidas (ONU) para crear una misión política con observadores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a fin de verificar el cese el fuego bilateral y la dejación de las armas o desarme de los guerrilleros, es valorado como el paso más trascendental en la gestión pacifista.

Tal comitiva integrará un mecanismo de comprobación tripartito conformado igualmente por representantes gubernamentales y de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

En la recién finalizada cumbre de ese bloque regional sus países miembros accedieron a contribuir de forma directa con los esfuerzos a favor de la distensión mediante su participación en la supervisión de ambas fases, una vez instauradas.

Se trata de una iniciativa que respeta la soberanía nacional y que ofrecerá garantías a todos los sectores, sin cascos azules, aseguró el jefe de los negociadores del Gobierno en las pláticas de paz, Humberto de la Calle.

Con encuentros en Cuba desde 2012 para hallar una salida concertada a la larga conflagración interna, voceros del Ejecutivo y de ese movimiento rebelde buscarán consensos en los temas siguientes de la agenda en una suerte de foro permanente, concebido para aprovechar el tiempo al máximo.

La constitución de una Comisión Ejecutiva con portavoces de ambas partes e incluso asesores permitirá también agilizar las discusiones y la elaboración de los venideros pactos, opinan analistas.

Adicionalmente las dos delegaciones reunidas en la capital cubana decidieron elaborar un cronograma de trabajo que incluya no sólo los tópicos pendientes sino también las salvedades de las cuestiones ya analizadas.

Los recientes convenios surgidos de la mesa de concertación evidencian la voluntad de ambas partes para terminar el conflicto y conceder mayor efectividad a los diálogos, comentó a Prensa Latina el senador Iván Cepeda.

Lo que se quiere es buscar resultados en la fase final del proceso, añadió.

A días de su reanudación, las conversaciones pacificadoras ya muestran progresos y éso es precisamente lo que debemos destacar, lejos de cualquier debate sobre los plazos o fechas para finalizar tales procedimientos, subrayó el parlamentario.

Tras lograr preacuerdos en los temas de reforma rural integral, participación política, combate a las drogas ilícitas y víctimas, los negociadores deberán perfilar el cese el fuego bilateral, la dejación de las armas, desmovilización y reintegración a la sociedad de los ahora combatientes.

Falta, además, determinar el mecanismo más adecuado para que el pueblo valide todo lo pactado.

En correspondencia con los adelantos hasta ahora, dichas negociaciones podrían finalizar este año de manera satisfactoria.

Para conseguir una paz completa es preciso comenzar conversaciones oficiales con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), involucrado igualmente en la confrontación bélica, insistió el legislador.

Según su máximo líder, Nicolás Rodríguez, ya fue pactada una agenda para tales reuniones; en tanto el presidente Juan Manuel Santos adelantó esta semana que los contactos podrían ocurrir pronto. Simultáneamente a esos progresos, a lo interno del país los ciudadanos experimentan un clima proclive al cese de hostilidades.

El propio Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos confirmó que Colombia vive la etapa de menor violencia -asociada a la contienda- en el último medio siglo.

Con gran simpatía y apoyo en el ámbito internacional, la distensión requiere de otras condiciones como la erradicación del paramilitarismo para ofrecer garantías a desmovilizados y a toda la ciudadanía, y evitar así sucesos similares a los de décadas pasadas cuando el partido Unión Patriótica sufrió un genocidio político al perder a cinco mil de sus miembros, enfatizó Cepeda. Tal alianza surgió de conversaciones entre el expresidente Belisario Betancur y las FARC-EP.

La paz está cerca, escribió a través de Twitter la defensora de derechos humanos, Piedad Córdoba, criterio al que se suman otras voces del escenario nacional como congresistas y activistas.

Pese a la complejidad de las cuestiones por precisar, en foros, medios de prensa y las redes sociales sobresale la opinión de que las negociaciones con las FARC-EP no tienen vuelta atrás.

Tengo confianza en que ambas partes lograrán un acuerdo dentro de los próximos meses para acabar más de cincuenta años de guerra interna, expresó el exjefe del gabinete británico y asesor de los diálogos de La Habana, Jonathan Powell; mientras crece la expectativa sobre la venidera fase pública de pláticas con el ELN.

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