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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Alexander Antonio Henríquez, ambientalista del Centro de Estudios Aplicados a la Ecología y Sustentabilidad Ambiental (ECOS El Salvador) impulsa, junto a otras organizaciones que integran el Movimiento Político Rebelión Verde, una iniciativa sobre el reconocimiento de derechos naturales al hábitat nacional, a través de una reforma a la Constitución de la República.
La sobreexplotación del agua por la agroindustria, en la que destaca la cañera, los vertidos de químicos o productos contaminantes en los ríos del territorio nacional y la creciente desaparición de especies animales y cobertura botánica originaria, son suficientes argumentos para que Reverdes entre en el escenario para dar un giro preciso en la realidad nacional. De esto y otros temas conversó Alexander Henríquez con Diario Co Latino.
-¿Qué es esto de los derechos naturales?
Muchas organizaciones sociales durante mucho tiempo nos hemos enfocado en los derechos ambientales: el derecho al agua, la alimentación, ambiente sano, la salud, con toda una filosofía que viene desde años atrás, en donde la naturaleza es objeto de dominio para servir al ser humano y servirle más allá de las necesidades básicas, como históricamente ha sido en el país.
Pero, en el 2008, en Ecuador surgió la Constitución de Montecristi (expresidente Rafael Correa), que dio un giro con respecto a la naturaleza, cambiando el enfoque de su Constitución que se asemejan, a las que hemos tenido en Latinoamérica, que han sido influenciadas por el antropocentrismo (filosofía del ser humano centro de todas las cosas).
-¿Qué es la Constitución de Monstecristi?
En Ecuador hubo un cambio de enfoque y el hombre no es el centro de todo y dar respeto a todas las formas de vida, esto es el biocentrismo que es una corriente ética, y es aquí que nacen los derechos de la naturaleza.
Y sus derechos son a la restauración, la vocación de la naturaleza, a la salud integral de la naturaleza, a la diversidad genética, diversidad de especies y el derecho a la integridad de los bienes naturales, entre otros.
-¿Cuál es la diferencia que dan estos derechos a la naturaleza?
La naturaleza pasa de ser un objeto de defensa, como lo mandan las leyes ambientales en donde el Estado, está obligado a protegerla, pero con los derechos de la naturaleza, pasa a ser de un objeto de protección a un sujeto de derechos, que es distinto.
Esto es innovador y quizás para algunos difícil de digerir, porque trae implicaciones como la naturaleza que puede exigir su derecho a no ser contaminada o sobreexplotada -como ejemplo- y por las mismas características de la naturaleza claro, no puede exigirla ella, pero si los seres humanos pueden hacer la denuncia que están contaminando al río, que están deforestando, y no es solo que afecta al ser humano en su entorno, sino que es la naturaleza la que está siendo violentada y eso es distinto, porque el Estado estaría obligado a proteger sus derechos y debe haber un marco jurídico que ampare los derechos de la naturaleza.
-¿Cuál es la propuesta de ustedes como Reverdes?
El pasado 24 de septiembre fuimos a la Asamblea Legislativa para reunirnos con la comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, para presentarles una reforma constitucional que vaya orientada en reconocer los derechos de la naturaleza. Queremos una discusión, queremos un debate nacional en el que estén no sólo los órganos del Estado, sino también la gente, comunidades y organizaciones sociales, porque es un tema de país.
Como Reverdes queremos que ya hablemos de cambiar el antropocentrismo por el biocentrismo; que estemos de acuerdo que la naturaleza tiene derecho, porque en ella, se genera, se desarrolla y se realiza la vida. Y nosotros, como seres humanos, no somos sujetos ajenos a ese entorno. Y que la naturaleza no solo está para dominarla y explotarla. Estamos conectados con todo, la naturaleza es un organismo lleno de vida que es la teoría de Gaia y Pacha Mama.
-¿Cuál es la opinión de las personas con este cambio a los derechos de la naturaleza?
Hicimos una encuesta y la gente ha sido clara, que sí, la naturaleza tiene derechos también y creemos que este es un buen inicio y que esos derechos tienen que estar reconocidos en la Constitución de la República y nuestra propuesta es el inicio de un debate a nivel nacional. Asimismo, presentaremos una reforma constitucional con todas las formas que exige la Constitución de la República.
Que son reformas a los artículos 1 y 117, en donde el Estado tiene la orden de proteger el medio ambiente, pero lamentablemente está en el ámbito económico y nosotros lo queremos sacar de esa concepción de explotación de bienes, de explotación económica y considerarlo como un bien de vida -si bien es cierto-, el ser humano puede servirse de la naturaleza, pero también tiene que respetarla porque allí está la vida.
-¿Cuáles otras medidas se tomarían en cuenta?
Serían otras reformas de orden económico, en que la actividad productiva esté sujeta a la capacidad vocativa de la naturaleza y el reconocimiento que la naturaleza tiene derechos absolutos, inalienables, imprescriptibles, incorruptibles y en este sentido, ya no tendrá validez, que alguien o una empresa cometan una violación a la integridad de naturaleza, digamos 2021, y terminó sin ser sancionado. Con los derechos naturales, ese delito se podrá juzgar 20 o 30 años después, se podrá exigir que se restaure y recupere un bien natural dañado tiempo atrás.
-¿Qué esperan de los diputados y diputadas, sobre los derechos de la naturaleza?
Esperamos hacerlo posible para lograr el reconocimiento, pero antes es entrar en el debate sobre la reforma constitucional y que la constitución cambie radicalmente, mucha gente se encuentra actualmente hablando de reformar la Constitución de la República. Está bien, aceptamos que se puede mejorar un marco jurídico, pero no solo el sistema político, económico o la estructura del Estado, sin tomar en cuenta a la naturaleza.
Queremos que reconozcan que este sistema y enfoque antropocentrista, porque esto nos ha llevado a la crisis ecológica mundial, que ahora vivimos; en donde mucha gente con escasos recursos económicos muere, el nivel del mar se eleva, las especies desaparecen, la temperatura aumenta, los casquetes polares se derriten, entonces no podemos hablar de una reforma constitucional en El Salvador, sin tomar en cuenta los derechos naturales.
