Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
El pasado 1o de mayo los trabajadores hemos recordado al régimen entre otros, que ha desvalijado el fondo general de pensiones, al grado de que en el momento en que escribimos esta delación, apenas se conservan alrededor del 20% de los fondos.
Esto se corresponde con la serie de sustracciones que bajo la figura de empréstitos, el régimen ha hecho, agravándose al recetarse esa sustracción bajo un esquema legal que no lo obliga a reconocer los intereses que sobre estos fondos los trabajadores recibiríamos por nuestros dineros de conservarse en el FGP, mientras y para colmo una parte de los mismos se usaron para beneficiar a algunos de los elementos partidarios del oficialismo, en la forma de créditos blandos para la adquisición de bienes inmuebles de lujo, que dicho sea de paso la totalidad de trabajadores, en particular aquellos que sobrellevan un esfuerzo laboral físico, no podrían acceder para adquirir vivienda.
De hecho, en lo tocante a la adquisición de vivienda para los trabajadores, debemos acotar que para la mayoría de trabajadores es económicamente improbable adquirir su propia vivienda, lo que responde entre otros al abandono en favor del mercado, de la política de bienestar que el estado observó hasta mediados de los 80’s en esa materia, abandonándola finalmente para en cambio permitir que fuera el mercado el que, por los intereses que representa, hiciera cada vez más improbable que los trabajadores – porque no es la promoción del trabajo formal un área que se privilegie desde el modelo neoliberal – accedan a la propiedad en su favor, por lo que esto conforma otra deuda que el modelo genera con el soberano, lo que se ve agravado en el tiempo.
La cuestión entonces sobre las pensiones entra ya al rango de desesperación, no solo por ,lo sustraído añadido a lo ilegítimo del régimen, que por su nula gestión financiera no puede responder a la deuda con los trabajadores, pues al desorden con que abordó el gobierno desde su primera gestión, le siguió el completo saqueo de los activos del estado, que aunada a la deuda sin precedentes que contrata con la banca multilateral, la que claramente ha desviado en un buen porcentaje, suma el desfalco al FGP, generando obras para el solo beneficio de la oligarquía, mientras se precariza a los trabajadores.
Alguien razonará que el estado es como Jalisco, nunca pierde, por lo que no deberíamos temer porque esos dineros se pierdan, pero el hecho incontestable es que ya pasó, pues estamos bajo la dirección de un régimen que hace de la mitomanía y la cleptocracia, la inoperancia y la improvisación además del sostén en el ejército, los ejes de su estadía, lo que impone un abordaje urgente del tema, reformulando el esquema bajo el cual se conservan esos fondos, para asegurar la recuperación de todos los activos, como para reconvertir al modelo, reintroduciendo el esquema de reparto, el único que puede con los debidos ajustes, asegura un retiro digno y sostenible para los trabajadores.