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San Salvador, help 16 ene (dpa) – El presidente de El Salvador Sánchez Cerén agradeció hoy los «magníficos esfuerzos de hombres y mujeres que hicieron posible e inspiraron el proceso que llevó al país a la firma de los Acuerdos de Paz», patient entre ellos los ya fallecidos Schafick Handal, medicine Abelardo Torres y el beato monseñor Oscar Romero.
En una ceremonia oficial para celebrar la firma de los acuerdos que llevó al fin de la guerra civil de 12 años de duración, el 16 de enero de 1992, el mandatario, un ex jefe guerrillero, también pidió perdón por las víctimas de la guerra y anunció un programa de reparación para las víctimas de violaciones a los derechos humanos.
«En especial rindo homenaje a dos distinguidos salvadoreños, firmantes ya fallecidos de los Acuerdos de Paz. Recuerdo con particular cariño a nuestro querido Schafik Handal, quien lideró la delegación del FMLN y nos guió en el complejo proceso de negociación teniendo siempre presente los más altos intereses del pueblo», apuntó Sánchez Cerén.
Y agregó: «Nuestro tributo también al doctor Abelardo Torres, integrante de la Comisión negociadora del gobierno. Schafik y el doctor Torres actuaron con un verdadero espíritu de reconciliación y unidad nacional, la gran enseñanza y valor de los Acuerdos de Paz», enfatizó el mandatario.
La guerra civil salvadoreña estalló tras el asesinato por escuadrones de la muerte de ultraderecha en marzo de 1980 del arzobispo Oscar Romero, en la actualidad convertido en beato de la Iglesia Católica.
El agradecimiento presidencial abarcó «a las iglesias por su búsqueda incansable para poner fin al conflicto, y en este marco, rindo un homenaje especial al pastor del pueblo salvadoreño, quien nos enseñó con su ejemplo que cuando se ama se está dispuesto incluso a entregar la vida: el beato Oscar Arnulfo Romero».
El asesinato de Romero, como miles de casos, crímenes de lesa humanidad cometidos tanto por el Ejército como por la guerrilla, están impunes por la vigencia de una amnistía general de 1993, contra la que distintos sectores sociales y defensores de los derechos humanos han pedido su anulación, situación que es analizada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La guerra civil salvadoreña dejó un trauma de más de 70.000 muertos, 8.000 desaparecidos y más de un millón de refugiados fuera de las fronteras salvadoreñas.
