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Oscar López
@Oscar_DCL
La Mesa Permanente para la Gestión de Riesgo en El Salvador (MPGR) organizó el foro: “Mujer, Cambio Climático y Gestión Integral de Riesgos”, en el que se compartieron aspectos relacionados con el impacto del cambio climático en la vida de las personas, con énfasis en la población femenina de la región centroamericana. Uno de los objetivos del foro fue promover el intercambio regional sobre los diferentes abordajes de la gestión integral de riesgos, además de los impactos frente a los escenarios adversos, productos del cambio climático, con el objetivo de generar aportes para fortalecer el enfoque de la gestión integral de riesgos.
Al respecto, Magdalena Cortez, directora ejecutiva de Fundación Maquilishuatl (FUMA) comentó que la situación de riesgos en la región centroamericana no es nueva, ejemplo de ello es que San Salvador ha sido reconstruida en catorce ocasiones. Cortez aseguró que a pesar de que la región es propensa al impacto de fenómenos naturales, en los países las propuestas de planificación ante desastres están relacionadas a visiones correctivas o reactivas, es decir que actúan posterior a un desastre. “Lamentablemente no hemos logrado trascender de las dos visiones de gestión, prueba de ello, en el caso particular de El Salvador lo podemos ver en (la colonia) Santa Lucía en la que se están trabajando obras de mitigación para disminuir el impacto de un acumulado de mala planificación”, dijo Cortez.
En lo referente al impacto que el cambio climático tiene en las mujeres, Cortez indicó que las inequidades existentes entre hombres y mujeres son las que agravan la situación de las mujeres frente a desastres naturales.
Jacobo Ocharán -líder de Iniciativa Climática Global de OXFAM- agregó que para tener justicia climática debe existir justicia de género. “Las mujeres, como siempre, fueron las que peor parte se llevaron en una situación de doble crisis, es decir, el cambio climático tiene un efecto multiplicador”. Ocharán comentó experiencias de mujeres de distintas partes del mundo, las que coinciden en que “las mujeres siempre se quedan atrás”, es decir, que no se entiende a la mujer como parte de un grupo social, sino que en muchas sociedades son marginadas por distintos hechos, entre ellos no tener descendencia o esposo.
Las mujeres coinciden en que la degradación del medio ambiente genera conflictos y mayores desigualdades, lo que tiene un impacto directo en sus vidas, ya que en muchas culturas, las mujeres son las responsables del cuido de la familia, de llevar la alimentación y el agua, y en casos de sequía, por ejemplo, se hace más difícil conseguir agua para el consumo de su grupo familiar. “Los conflictos climáticos son un elemento en el que las mujeres se ven doblemente afectadas, la lucha contra el cambio climático también es la lucha contra las desigualdades”, concluyó Ocharán.
