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¿Nos preocupa la historia del Martinato o el presente sin historia populista?

Caralvá
Intimissimun
Durante años hemos publicado artículos relacionados con 1932 y sus consecuencias posteriores en nuestra sociedad, de aquella época se derivan una serie de estudios que conjugan el inicio de una dictadura del General Martínez (Golpe de Estado, legalización del Golpe de Estado por Asamblea Legislativa, Reelección inconstitucional, Creación de una Asamblea Constituyente para continuar en el poder, reforma constitucional para validar su reelección al infinito, Teosofía tropical etc.) esta circunstancia se combina con una crisis económica de 1929 que algunos teóricos consideran se prolonga hasta 1944 generando la Segunda Guerra mundial; en ese tiempo nuestra nación da muestras de oscilaciones entre el antimperialismo apoyando al Sandinismo, con tendencia filonazi con sus iniciales rasgos autoritarios hasta la adhesión a los aliados al final de la guerra, en ese intervalo mencionemos su tendencia a culpar las reivindicaciones étnicas de comunistas, con una masacre de 1932 que hemos anotado en artículos anteriores, este collage de conceptos se proyecta en el Martinato, con la usual adicción a su modelo por los futuros gobiernos militares que llegarían hasta 1979 y dio origen a la guerra civil que duró aproximadamente 12 años, hasta 1992.
Así como es extremadamente difícil el estudio de la etnia nacional, por la ausencia de documentos primarios, así es la reconstrucción histórica de los siglos XIX y XX, por muchas circunstancias impuestas a las Ciencias Sociales e Historia, entre ellas la ausencia de archivos, su destrucción sistemática, la omisión de autores considerados “comunistas”, el ocultamiento de documentos testimoniales etc. como muestra el “expurgo de las masacres de Tenango y Guadalupe 1981, San Francisco Ángulo 1983” y muchas más durante la guerra civil, de tal manera que el silencio se consolida en una sociedad reprimida con Estado de Excepción continuo y además sin conocer su pasado, otro ejemplo de ello es la censura del Caso Jesuita, de tal manera que los fragmentos de la verdad apenas configuran una mínima parte de su contenido.
En cultura nacional en 1932-1944 se impulsa un ideario del Martinato así: “ La fundación de una nueva Patria con su Historia, Arte y Gobierno, diferente a todo lo anterior” ese elemento es su rostro público, mientras el lado oscuro: “eliminar la Patria étnica, existencia de afrosalvadoreños, tradiciones, Historia y Sociedad” “no existirán a partir de ese momento derechos de pueblos originarios”, pero se favorece el indigenismo decorativo, subordinado a la raza blanca europea, sometido a servidumbre y racial por sus rasgos genuinos… muchas de esas connotaciones llegan al Siglo XXI: lingüísticos, tradiciones, exclusión educativa etc. Ahora nos encontramos de nuevo en un punto de inflexión después de la guerra civil y la llegada del populismo con su ruptura constitucional de reelección presidencial 2024.
El populismo impulsa la refundación de una nueva Patria, valores, historia, visión del mundo, economía, cultura etc., similar a la época de los años treinta del siglo pasado, ahora observamos una nueva alineación de intelectuales a favor de esta situación que repite en esencia al Martinato, veamos algunas expresiones culturales: favorecen al infinito el Estado de Excepción, apoyan la reelección presidencial, desempeñan cargos públicos que eliminan a sectores intelectuales opositores (censura literaria por pronunciamiento del Estado de Excepción, represión, prisión a inocentes), olvidan la inclusión de los pueblos originales en sus lenguas, no promueven la identidad nacional a partir de etnias generadoras de pueblos, omiten sus costumbres y creencias, nominación con referencias en inglés: Sur City, Bitcoin City, Bitcoin Beach: paraíso de las criptomonedas etc., la educación omite participación de etnias y afrosalvadoreños en el proceso de Independencia, así como otros eventos genuinos de protestas étnicas, etc.
Similar al pasado 1932-1944-1979, la cultura tendrá el desafío moral en sus intelectuales, ¿acompañarán los principios constitucionales y democráticos? ¿o serán parte de un esquema que niega los valores fundamentales republicanos? la respuesta la encontraremos en las publicaciones y promoción de nuestra identidad ¿incluirán acaso a los pueblos originales? ¿o serán parte del concierto pro-europeo o norteamericano? Que en esencia es neocolonialismo del siglo XXI… una imagen que se multiplica a cada momento.
El populismo cultural es una realidad nacional ¿nos preocupa la Historia o el presente sin historia? la respuesta del siglo pasado es olvidar la verdad y la justicia, ahora en el Siglo XXI de nuevo sucede no hay verdad, no hay justicia, tampoco memoria, de tal manera que no somos optimistas, conocemos el pasado, sabemos que un “cambio social” es un tiempo prolongado, una década o más, así mi lectura o la lectura de miles de ciudadanos será de aprender del legado valiente de nuestras generaciones anteriores, ellos han forjado esta República, nos corresponde honrar su memoria. amazon.com/author/csarcaralv

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.