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@JoakinSalazar
Entre el bullicio de la urbe y el desorden social en el que se encuentra desde los años 90, en pocas ocasiones se puede observar una obra de arte que esté a disposición de la población popular del centro histórico de San Salvador.
El centro se caracteriza porque gran parte de las paredes de los edificios se encuentran grafitis, muchos de estos firmas que no se entienden y marcas de grupos delictivos. No obstante, en algunas partes pequeñas obras de arte brindan un nuevo rostro a San Salvador.
Isaac Sosa de 22 años, Obed Osorio de 27 y Cristián López de 32, son Tres jóvenes salvadoreños, artistas del arte urbano, que demuestran que el arte es un estilo de vida que puede cambiar el rostro de las paredes grises y oscuras que mantienen en el desorden la ciudad capital.
Los tres artistas, representan a un sector que ha sido declarado como “vandalismo”, o en algunos casos criminales, al hacer obras de arte en paredes, que visualmente no dan nada por ellas, embelleciendo las calles capitalinas, situación que han tenido poco apoyo institucional y verdaderos conflictos con los dueños de los edificios.
Gran parte del trabajo de los artistas es comparado con el arte del grafiti, el cual ha sido estigmatizado por las autoridades salvadoreñas, al compararlo con grafitis pandilleriles, que de acuerdo al último informe, más de 119 mil metros cuadrados han sido borrados de grafitis pandilleriles.
“Hay unos grafitis donde no se puede apoyar en una pared porque está un MS o un 18, pero en cambio el grafiti y el mural artístico sí se puede apreciar, en la mayoría de los casos el trabajo de un artista se trata de identidad, que uno se identifique con el mensaje que está viendo, en caso del contrario en un pandilleril preferiblemente es evitarlo”, explicó Isaac Sosa, en entrevista para Diario Co Latino.
De igual manera, Cristián López explicó que hay que identificar un grafiti o mural artístico, principalmente porque hay estudio, hay pensamiento; mientras que en muchos grafitis pandilleriles las letras no se entienden.
Obed Osorio que por cinco años se ha dedicado al arte del grafiti, dijo que es aceptable que el Gobierno limpie la urbe de los grafitis, dado que muchos de estos ensucian visualmente la ciudad.
“Hay un tipo de grafiti que desde mi punto de vista ensucia nuestra ciudad de una manera visual. Pero hay grafitis que podemos decir es bonito y que se está borrando creo que las instituciones de gobierno deberían de aprender a diferenciar esa parte”, explicó Osorio.
“Ellos (el gobierno) solo van viendo el borrar el grafiti, pero no van viendo el esfuerzo del artista. Hay chicos que ahora estudian arte y antes eran grafiteros.
El grafiti es una oportunidad de expresarse pero al borrárselo, le están cortando las mano, le están impidiendo a un artista que vaya avanzando”, agregó López.
Esta situación ya les ha causado problema en más de una ocasión que han recibido un susto por parte de elementos policiales, que comparan su trabajo artístico con grupos delictivos. No obstante, los artistas llevan al grafiti hasta lo licito, al conseguir permiso para realizar una obra.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde, asegura que el grafiti es parte de la cultura de los grupos delictivos, el grafiti ha sido retomado de la cultura pandilleril de los Estados Unidos, porque el uso del mismo es como una forma de identificar con símbolos y signos propios de los grupos delictivos de Estados Unidos.
“Este es uno de los rasgos que fue asumido por las pandillas locales, que la utilizan, dado que es una forma de comunicación, en este caso de difundir mensajes, para difundir temor a la población, por lo que parte de las acciones que se desarrollan es eliminarlos, para ir quitando estas marcas”, explicó Ramírez Landaverde.
Cristian López e Isaac Sosa han ejecutado un proyecto de muralismo en el centro capitalino de San Salvador, en los que destaca la imagen del Beato Salvadoreño, Óscar Arnulfo Romero, ubicada a un costado de Catedral Metropolitana. Como también otros murales.
“En el centro histórico hay espacios que son lícitos porque nosotros lo que buscamos es embellecer, no son espacios totalmente limpios, sino que casi busco lugares sucios que la gente no da nada por ellos visualmente. La idea del arte urbano es rescatar el espacio, intervenir y en eso he tenido bastantes dificultades”, explicó López.
Y es que pese a que su idea y su trabajo es con toda la actitud positiva, existe oposición de algunos sectores para llevar el arte a estos lugares, “siempre me han dicho que no son dueños, la pequeña burguesía que había antes en el centro no quiere que el centro salga a flote por su belleza artística. Antes pensaba que era porque el artista no creía pero ya conociendo mejor uno se da cuenta que la gente es la que no quiere”, agregó.
De igual manera, los artistas jóvenes aseguran que en gran parte del trabajo que realizan, como también la participación en eventos internacionales, no son apoyados por las autoridades de Gobierno, ni municipales, sino que en gran parte de estos buscan imponer sus ideas.
Pese a ello, Obed Osorio insta a más jóvenes a defender sus ideas a través del arte, “el grafiti no es vandalismo, el grafiti es arte urbano, el muralismo es arte, no nos interese la forma en que nos vea la sociedad siempre cuando nuestras metas, nuestros propósitos sean de buena manera”, dijo.
Isaac Sosa invitó a la juventud artística para que sea consecuente con su trabajo: “Es difícil decir que te quieres dedicar a esto, pero cuando de repente uno con el mismo trabajo está demostrando que si se está haciendo algo bueno y que no era un solo hobby, la misma sociedad reconoce tú trabajo”, culminó.
