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Madrid/dpa
Con Lionel Messi lesionado y Cristiano Ronaldo en un momento de forma inconcreto, clinic no hay actualmente una mayor estrella en el fútbol español que el brasileño Neymar, quien el sábado llegará al clásico entre Real Madrid y Barcelona con renovados galones de gran astro.
Messi sufrió el 26 de septiembre una rotura de ligamentos y la depresión se instaló inmediatamente en Barcelona. “Dos meses sin el crack”, auguró la prensa catalana. Pero estaba Neymar.
El delantero brasileño dio el paso al frente que le pedían los seguidores azulgranas para convertirse en el indiscutible líder de un equipo que llegará al Santiago Bernabéu con tres puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Una renta que en buena parte se la debe a Neymar.
El escurridizo delantero del Barcelona es el máximo anotador de la Liga española con 11 goles y entre él y Luis Suárez marcaron todos los tantos de su equipo en el torneo nacional desde que Messi se lesionó. A todo ello, Neymar añadió tres asistencias, espectáculo y capacidad de liderazgo.
Es curioso: durante los dos últimos años la hinchada del Barcelona pidió ver al futbolista que se convirtió en el estandarte de la selección brasileña y ahora es en su país donde reclaman ver al astro que se admira en Barcelona.
Neymar no brilló en sus últimas actuaciones con la “canarinha” y, como opinó hoy el diario “As”, “los aficionados de la ‘seleçao’ le acusaron de no rendir al mismo nivel que llevaba mostrando estos últimos partidos con el Barcelona, puesto que Neymar no consiguió mantener la línea goleadora y el liderazgo”.
Es la misma tesis que expresó el diario “Sport”: “Brasil no sabe sacar a Neymar lo mejor de sí mismo y con Carlos Dunga (seleccionador de la “canarinha”) no brilla al mismo nivel que en el Barcelona”.
El argumento, también curioso, es el mismo que durante tanto tiempo se utilizó para comparar el rendimiento de Messi con el Barcelona y con la selección argentina.
Muy lejos quedan aquellos tiempos en los que acusaban a Neymar de vivir a la sombra de Messi, de rendir excesiva pleitesía al genio argentino. El brasileño aprovechó su ausencia para “liberarse” y reclamar una cuota de protagonismo infinito.
Neymar regresará al estadio Santiago Bernabéu, en el que la pasada temporada marcó, aunque su gol quedó en nada ante el claro triunfo del Real Madrid por 3-1. Eran días en los que volaba el conjunto que por entonces dirigía Carlo Ancelotti y en los que nada hacía presagiar el postrero hundimiento blanco y la resurrección de un Barcelona que acabaría ganado el “triplete” de títulos.
Y justo hoy se cumplen diez años de un hecho histórico, cuando el Santiago Bernabéu se puso en pie para aplaudir la exhibición de otro brasileño, Ronaldinho, quien marcó dos goles en el triunfo del Barcelona por 3-0 en campo blanco. También fue el primer clásico de Messi, quien se rompió las manos de aplaudir a su compañero.
Ahora es otro brasileño, Neymar, quien llama a las puertas de la gloria ante un Santiago Bernabéu que vive tiempos revueltos, inmerso en dudas sobre la capacidad de su entrenador, Rafael Benítez, para seducir con juego y resultados. La sola presencia de Neymar amenaza tormenta.
