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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Memorias del Sumpul” es un libro testimonial que recoge las experiencias y vivencias martiriales de alrededor de 600 personas, que vivían en diversos caseríos del departamento de Chalatenango, durante el conflicto armado de los años ochenta.
La Masacre del Sumpul como es conocido este hecho considerado como un crimen de Lesa Humanidad, fue perpetrada en el poblado de Las Aradas, el 14 de mayo de 1980, por miembros de la Fuerza Armada salvadoreña y con la participación del ejército hondureño, cuyos gobiernos, recibían asesoría militar y financiamiento de los Estados Unidos.
La Asociación de Sobrevivientes de la Masacre del Sumpul documentaron esta masacre con el fin de resarcir moralmente y honrar la memoria de los sobrevivientes. Inició como un proyecto comunitario junto a la antropóloga Ana Deysi García, quien organizó una serie de talleres de reconstrucción de la memoria, relatos y dibujos, con los que logró una narrativa de esos hechos penosos y violentos.
El libro cuenta con un contenido contextual desde 1970, hasta el operativo “Tierra arrasada”, que exterminó a la población civil y desarmada. En el capítulo titulado “La Memoria Sobreviviente” cuenta con testimonios como el de Felipe Tobar, exalcalde de San José Las Flores, Chalatenango, quien dedica unas palabras a su amigo, Luis Abarca quien murió en el intento de cruzar el río Sumpul.
“No nos imaginamos otra situación de guerra como la que vivimos. Buscamos con este libro llevar un mensaje educativo, porque no queremos que estos hechos se vuelvan a ocurrir”, afirmó.
El libro “Memorias del Sumpul” cuenta con fotografías del chileno Gabriel Sanhueza Suárez, las que contienen imágenes desgarradoras del crimen masivo. Siendo el primer testigo fotográfico, al llegar unos meses después a Las Aradas, con dos periodistas.
El libro memorial también se convierte en una denuncia pública sobre la masacre y demanda al Estado salvadoreño, por su demora evidente en la investigación, judicialización y sentencia de los perpetradores. Y mucho menos, el resarcimiento moral, psicológico y económico.
Con la aclaración “preferimos llamarnos sobrevivientes, no víctimas”, explicaron a manera de continuar el legado de vida de amigas, amigos y vecinos, en ese momento. Además, el libro pretende levantar “sus voces” y posicionarse frente a los debates que esta realizando la subcomisión Política de la Asamblea Legislativa, para dotar al país de una Ley de Reconciliación.
“No hubo procesos de justicia para resarcir los daños de tantas violaciones de derechos humanos durante la guerra civil. Solo en muy pocos casos como la Masacre de El Mozote o la desaparición de niñas y niños durante los operativos militares, por lo que hubo una sentencia internacional que obliga al Estado salvadoreño cumplir con la justicia y la reparación para las víctimas y sus familiares”, dijeron. La Asociación de Sobrevivientes de la Masacre del Sumpul también lamentó que aún no han desaparecidos las causas que dieron origen al conflicto, como la injusta distribución de la riqueza, un poder económico en pocas manos versus miles de comunidades que sobreviven con apenas un dólar diario.
“Sigue imperando la violencia en el país y en muchas formas. Es sumamente preocupante que el combate a la misma, sigue enfocando la represión y militarización como medida de prevención, cuando sabemos que agentes del Estado, policías y militares, vulneran los derechos humanos de la población, en especial los jóvenes en sus comunidades”, puntualizaron
