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Deborah López
@DiarioCoLatino
Rodolfo García, de 36 años de edad, es un ejemplo de lucha, perseverancia y dedicación. Él es una persona no vidente que desde hace mucho tiempo se ha esforzado por abrirse paso en el mundo laboral y ha recibido el apoyo de su familia. García perdió la visión a sus 18 años de edad debido a un accidente de tránsito, sufrió un golpe en la cabeza, causándole un desprendimiento de retina. Fue sometido a dos cirugías, pero las retinas estaban dañadas en su totalidad.
Pese a ello, no se dio por vencido y, con valentía asistió al Centro de Rehabilitación para Ciegos “Eugenia de Dueñas”. En dicho lugar, comenzó un programa de reinserción laboral en el área de masajes durante siete meses. Se incorporó al ámbito laboral iniciando en una fábrica de ensamblaje de anzuelo para pesca. Trabajó ahí durante dos años.
Luego, por cinco años, fue contratado en una sala de masajes, en la cual estuvo a cargo del área de administración y atención al cliente. Continuó capacitándose para optar por el área de masaje terapéutico a través del proyecto denominado Ágora, para personas con discapacidad visual en edad laboral, llevado a cabo por la Cruz Roja Española, Cruz Roja Salvadoreña y el Centro de Rehabilitación para Ciegos “Eugenia de Dueñas”. “Logré especializarme en masaje científico, sueco, aromaterapia y reductivos. Estas son técnicas que aplico actualmente”, explicó.
Asimismo, realizó diversos diplomados en la Asociación de Quiroprácticos y Masajistas de El Salvador (AQUIMAES) que le ayudaron para convertirse en especialista en el arte de la masoterapia. “El masaje es un arte. Ya no es un lujo, sino una necesidad. Todos andamos estresados. Todos andamos cansados. La misma rutina y los problemas sociales nos afectan. Es necesario eliminar todas esas tenciones para poder liberarse”, agregó.
García tuvo la oportunidad de realizar masajes a domicilio, pero resultó complicado. Los lugares que visitaba eran de riesgo debido a la delincuencia. Asimismo, era difícil para él porque sufrió daños físicos y verbales de parte de los motoristas, pues estos no respetan a las personas con esta discapacidad.
Inició una clínica de masajes terapéuticos que estaba ubicada en el mercado Sagrado Corazón. Tuvo la oportunidad de conocer a unos clientes que no viven en el país. Uno de ellos le expresó que el espacio no era adecuado y que la ubicación no era accesible para sus clientes. Le comentó que podía brindarle un lugar para abrir su nueva clínica, ya que no posee los recursos suficientes y necesarios.
En la actualidad, Rodolfo cuenta con su clínica de majes llamada Chalárosi. Es un lugar de descanso y relajación que se especializa en masoterapia. Está ubicada en la colonia Toluca, calle los Bambúes, casa #34-A media cuadra al sur poniente del hospital Divina Providencia. Sus precios son accesibles para sus clientes, atendiendo de lunes a sábado –por cita- de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
El mayor deseo es generar oportunidades de empleo para personas como él y que puedan ser tomados en cuenta dentro de la sociedad. “Mi idea es abrir espacios para poder colocar en la reinserción laboral a más compañeros no videntes, pues muchos estamos desempleados. No encontramos con una fuente de trabajo, ya que no tenemos el apoyo ni del gobierno ni la empresa privada, así que tenemos que buscar la manera de poder independizarnos y convertirnos en emprendedores para poder, en un futuro, ser micro o grandes empresarios”, sostuvo.
Así como Rodolfo García, en nuestro país, existen muchas personas con discapacidad que luchan constantemente por salir adelante en la búsqueda de un futuro prometedor. La firmeza en sus ideales es el impulso que las motiva a lograr cada día sus objetivos. “Queremos que se nos vea como iguales. La discapacidad nos es un límite ni una barrera para poder triunfar, salir adelante y poder sostener a nuestra familia”, añadió.
