Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
Partamos del hecho de que ésta está anunciada para presentarse a inicios de 2026, por lo que lo que señalemos es una especulación, que parte de los precedentes que conocemos y del actuar del ilegal régimen que padecemos que también conocemos.
Primero algunos hechos.
El uso político e interesado de los fondos de pensiones pasó por configurarlos como caja chica estatal, comenzando con el desgobierno de Flores, cuya gestión introdujo los arreglos políticos para poder hacerlo, como para atender – sin resolver – entre otros, la deuda que acumula por interés político, lo que además redunde por extensión en un aumento exponencial de la deuda nación, como también la entonces naciente deuda previsional.
Que ahora implicó bajo el presente ilegal régimen, haber sustraído el 80% del total de los fondos ahorrados por los trabajadores.
Agravado porque la arbitrariedad ha sido tal, que incluso se utilizan para adquirir bienes suntuarios y de lujo para la bancada oficialista, mientras y para colmo no se les reconoce ningún beneficio a los trabajadores.
Tal desorden financiero, como los costes que supone para el erario público, produce como únicos beneficiados a solo las juntas mal llamadas de financistas, quienes se han servido a manos llenas, mientras se precariza el retiro de los trabajadores, condenándolos si dependerán de su pensión, a apenas subsistir en medio de graves limitaciones que no les permitirá el retiro con dignidad con que se vendió el proyecto privatizador de pensiones.
Porque los ingresos del trabajador que causa baja laboral por jubilación, implican de regular una caída de hasta el 70% de sus ingresos por salario, que durarán mientras subsistan sus ahorros previsionales de jubilado, más o menos y en promedio de siete a doce años, para luego ser transferido a la pensión del estado, que así subsidia a las pensionarias privadas mientras el estado acumula año a año, una deuda que no le corresponde, y que solo enriquece exponencialmente a las juntas referidas.
Un descarnado robo en despoblado a los trabajadores, que por extensión también los privados hacen al estado.
La receta de este ingenio, recordemos, la propuso hace treinta años precisamente el FMI, por lo que es corresponsable de este fracaso que pagamos todos, que solo enriquece a un muy reducido número de piratas que instrumentalizaron al estado en los 90’s, favoreciéndose económicamente, mientras se cobijaron en el estado, que asumió las pérdidas.
Que pagamos todos.
Es decir; por donde se lo vea el modelo privatizado que nos impusieron siempre estuvo diseñado para esquilmar a los trabajadores, de ningún modo para ofrecer un retiro digno, todo lo contrario, así como fuente alterna para favorecer la partidocracia, que así ha satisfecho sus caprichos, transfiriendo a los trabajadores sus costes, y con el estado en el papel de garante.
De estos antecedentes podemos estimar que lo que se avecina es incluso una peor receta, que enriquecerá aún más a los “financistas”, mientras agrave el retiro para los trabajadores.
Con retiros para nada dignos.
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