Caralvá
Intimissimun
Pero todo es relativo, los ingresos constantes pronto le permitirían comprar otro teléfono de mejor nivel, aunque la voz era la misma, portar un teléfono de “nueva generación” era similar a manejar un auto de catálogo en esa empresa de primer mundo. Su teléfono ahora era 5G porque un día vería el mundial de Rusia en directo, con cámara de 48 megapixeles, con capacidad de videoconferencias, GPS, transmisiones en tiempo real, etc..
Ella se adaptó a las rutinas, con una agenda semanal de hora tras hora, con tiempos prolongados incluso los fines de semana, su trabajo incluía en ocasiones eventos fuera de la ciudad, en síntesis, aquella empresa era la vida sin entorno social, su familia comenzó a extrañarla, pero comprendía su dedicación en telecomunicaciones todo por un nivel económico superior.
Nely con el tiempo conoció cada rincón de la empresa, sus laberintos, términos técnicos y para olvidarse un poco de la ansiedad de las metas empresariales visitaba el gimnasio de la empresa; todos los días después de su horario obligatorio destinaba al menos entre 45 o 60 minutos al aeróbics, ahí se acompañaba de Malú (contracción de María Lucía) su mejor amiga. Aquellas rutinas eran una serie de ritmos hipnóticos, relajación, extensión, contracción, respiraciones, pausas, velocidad en todos sus niveles, coordinación muscular, saltos, flexiones de todas las articulaciones con ciclos cerrados y abiertos, incluso con música, de esa forma ella contaba: uno, dos, uno, dos, respiración, hasta 100…
Malú su mejor amiga y confidente, se esforzaba en ritmos y velocidades cada vez mayores, era una perfeccionista, siempre obligándose a nuevas marcas, ella se comprometía por metas posibles con sus músculos a prueba, con el tiempo logró una resistencia implacable. De esa forma día tras día, aquella amistad floreció en confidencias, esfuerzo, metas y logros personales.
El gimnasio era visitado por otros empleados, entre ellos algunos jefes y muy raramente o nunca por los directores, pero era un punto de reunión extralaboral, un buen sitio de recreación. Uno de los visitantes era Secundino un jefe del área técnica; los empleados se dividen en administrativos, comerciales y los técnicos, éstos últimos son los ingenieros que manejan todo el complejo de redes exteriores e interiores, diferentes a los comerciales quienes venden o los administrativos que son coordinadores, de tal manera que cada nivel de la empresa tiene trabajadores especializados. Aquella coincidencia fuera del trabajo pronto se convirtió en saludos y despedidas, luego se transformó en frases con observaciones de la rutina, el clima o los pormenores de la vida nacional; Nely notó que entre Malú y Secundino emergía cierta estrecha amistad; por su parte Malú era una chica morena con vivos ojos negros, figura perfecta en simetría y acentuada juventud, muy despreocupada por eventos sociales; Malú era una genuina profesional en todo sus aspectos, cuidando su apariencia con una elegante imagen personal, que solo aceptaba amistades cercanas como Nely, pero aquella muralla se fue fragmentando ante Secundino quién entre bromas infantiles y halagos lograba cierta aceptación de amistad. Nely comprendió el juego entre Malú y su “amigo de gimnasio”, con el paso del tiempo, la simpatía fue avanzando, hasta el nivel de intercambios afectivos, así ciertos días almorzaban o cenaban, celebrando: aniversarios, cumpleaños o las actividades corporativas de la empresa; la vida social de la empresa transnacional incluía el lanzamiento de las nuevas marcas, presentaciones de productos tecnológicos, terminales móviles de última generación, espectáculos con artistas nacionales o internacionales, una especie de paraíso con licor gratis, ahí la mezcla de empleados y jefes era la rutina, pero con la frontera que aquellas reuniones solo eran permitidas a ciertos empleados; la vida corporativa se parece mucho a los teléfonos de “última generación”, estas terminales son usadas por directores, mientras los demás: jefes, ejecutivos, administrativos, usan terminales de mediana o baja gama.
Nely notó que Malú después de muchos meses de asistir al gimnasio retrasaba a propósito su salida al despedirse, pero no solo ella permanecía en ese sitio, también estaba otra esbelta morena llamada Marta que usaba un deportivo similar. Malú parecía buscar algún pretexto para retardarse o aumentaba las metas de las rutinas, de tal forma que Nely salía cuando Melú imprimía la mayor intensidad en la bicicleta estacionaria o la banda sin fin… bueno –meditó Nely- necesita bajar unos kilos pero no tanto… y se marchaba a casa.
Cierto día la empresa pareció sacudirse por comentarios entre “amigas”, chambres femeninos, reunioncillas de pasillo con el susurro: ¡ya te contaron¡… estas situaciones al interior de una empresa de telefonía donde los teléfonos sobran… son explosivas, las chicas “si saben comunicar las noticias privadas”, bajo el rigor confidencial: “no se lo digas a nadie”… amazon.com/author/csarcaralv

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