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La juventud mundial sale a la calle el viernes para exigir acciones contra el cambio climático

París / AFP

Amélie Botollier-Depois

«En 2050, ustedes habrán muerto, nosotros no». La juventud mundial está convocada el viernes a manifestarse en las calles para reclamar a los gobernantes acciones decisivas contra el cambio climático, una movilización inédita inspirada por la adolescente sueca Greta Thunberg.

Hasta ahora, el llamamiento a una movilización semanal de la joven militante, que todos los viernes agita en solitario su pancarta con el lema «Huelga escolar por el clima» ante el parlamento de Estocolmo, tuvo eco en varios países, sobre todo en Bélgica y Alemania, donde los jóvenes se manifestaron por millares.

Para esta «huelga mundial por el futuro» del 15 de marzo, estudiantes de todo el mundo — de Sídney a París, de Tokio a Bogotá y de Hong Kong a Kampala –, se preparan para no acudir a las aulas.

– «La casa se quema» –

«¡Hacemos huelga para decir a nuestros gobiernos que hagan sus deberes y nos presenten pruebas!», afirma el llamamiento publicado en Facebook.

Pruebas de que el mundo está tomando las medidas necesarias para limitar el calentamiento a un máximo de +2 ºC respecto a la era preindustrial, como prevé el Acuerdo de París de 2015. Y es que por ahora «no he escuchado ninguna promesa concreta por parte de nuestros dirigentes», dijo recientemente Greta Thunberg, de 16 años.

«Se limitan a decir que tratan de hacer lo máximo posible», pero es insuficiente porque «la casa se quema». «Quiero que empiecen a sentir el pánico», arengó la militante.

Según FridaysforFuture, nombre de este nuevo movimiento contra el cambio climático, se han previsto más de 1.000 congregaciones en un centenar de países.

Pero es difícil anticipar si la movilización será o no masiva.

«Este movimiento es muy importante, pero no solo en términos de cifras, sino porque va a suscitar conversaciones en el seno de las familias, entre amigos y en las escuelas», comenta Karen O’Brien, socióloga de la Universidad de Oslo.

«La prueba del movimiento no será tanto el tamaño de la multitud que se movilizará el 15 de marzo, sino las acciones tomadas (a posteriori) por la sociedad en respuesta a la crisis climática», asegura.

– «Electores de mañana» –

¿Cuál es el potencial de estos jóvenes para hacer cambiar las cosas?

«Son los electores de mañana», son observados «con interés» por los partidos políticos y los grupos de interés, responde Sébastien Treyer, director general del Instituto de Desarrollo Sostenible y de Relaciones Internacionales (IDDRI). «No es banal».

Varios responsables políticos, en Alemania, Gran Bretaña y Hong Kong, trataron de persuadir a los jóvenes de regresar a las aulas, algunos amagando con consecuencias si faltaban a la escuela.

«Claro que hay gente que no nos toma en serio, diciéndonos que somos jóvenes y que no sabemos de qué hablamos», constata Adelaïde Charlier, estudiante belga de 18 años.

«Yo les digo que precisamente nos informamos y que al hacerlo nos dimos cuenta de que estábamos lejos de nuestros objetivos (…), que nos acercamos al precipicio» , añade la joven, estimando que pese a todo cada vez se toma «más» en serio su «grito» de alarma.

– La sociedad civil se moviliza –

Alcaldes de la alianza C40 de las grandes ciudades por el clima, como París y Milán, brindaron su apoyo a los jóvenes. «Son los que tienen más que perder por la inacción de los gobiernos», declaró en un comunicado el alcalde de Sídney, Clover Moore.

La ONG 350.org, que apoya la movilización, espera que habrá «un antes y un después» al 15 de marzo. «Esta huelga mundial supondrá un giro en la historia mundial, un momento en que los adultos aprenderán a seguir a sus hijos, por un verdadero cambio», según Nicolas Haeringer, uno de sus coordinadores.

Esta movilización juvenil se inscribe también en un movimiento de la sociedad civil más vasto contra el cambio climático, con acciones de desobediencia civil y recursos judiciales, como la denuncia por «inacción climática» que 4 ONG presentarán este jueves en París contra el Estado francés y suscrita por más de dos millones de personas.

«Lo que es importante es ver la conjunción (…), la movilización de los jóvenes, los recursos judiciales, las lógicas de evaluación de las políticas públicas, los defensores de causas, como Greta», según Treyer.

– De Bogotá a Tokio –

Jóvenes del mundo entero quieren hacer oír su voz contra el calentamiento climático, que pone en jaque su futuro.

– «Sientan el pánico» –

«No me interesa su esperanza, quiero que empiecen a sentir el pánico». Como cuando hizo estas declaraciones en enero ante los dirigentes mundiales en el Foro de Davos, Greta Thunberg, de 16 años, nueva líder de la lucha contra el cambio climático, no se anda con rodeos.

«Si un niño se halla en medio de la calle y los autos se acercan a toda velocidad, uno no aparta la vista porque lo que ve es insoportable, sino que corre y lo saca de ahí», dijo en una reciente entrevista al Financial Times.

– «Alto al diésel» –

«Los jóvenes somos ya no el futuro sino el presente mismo del planeta y hemos entendido la responsabilidad tan grande que tenemos en las manos», subraya Juan Diego Medina, de 21 años, estudiante de derecho en la Universidad Libre de Bogotá, organizador de eventos como #MarchaDeLosTapabocas y #MerecemosAirePuro el año pasado en la capital colombiana.

En Colombia, el combate debe pasar por «la prohibición del fracking y del glifosato; en Bogotá la prohibición de un sistema de transporte que funcione con diésel y de actos que atenten en contra de la naturaleza como la tala de los árboles por la alcaldía», según Medina.

– «Con mis propios ojos» –

«Estoy sensibilizada desde hace mucho tiempo, en mi familia se habla mucho del cambio climático», explica a la AFP Adélaide Charlier, de 18 años, estudiante de Namur, en el sur de Bélgica.

«Viví en Vietnam cinco años, hasta hace dos. Ahí vi con mis propios ojos algunas consecuencias climáticas. En mi escuela se hablaba mucho de ello, por ejemplo, las aguas del Mekong subían (…) impidiendo los cultivos y provocando ya una migración climática. Todo ello me marcó», prosiguió la joven, una de las líderes del movimiento en Bélgica, país a la cabeza de la movilización juvenil.

«Nuestros políticos no nos entienden, no comprenden lo que pedimos, por lo que tenemos que recurrir a la desobediencia civil».

– Hacer sufrir –

«Mi generación es la última que puede hacer algo para parar (el calentamiento) y es importante preservar la Tierra, para nosotros y para los animales que viven en ella», indica a la AFP Michael Nolasco, de 16 años, mientras prepara con su familia pancartas para la manifestación el viernes en Hong Kong.

«Sufriremos las consecuencias si no hacemos nada», prosigue su hermana Ella, de 13 años, preocupada sobre todo por los tifones que golpean el territorio.

«Me da miedo que (el cambio climático) haga sufrir a alguien a quien quiero», explica la benjamina, Cally, de 10 años.

– «Velocidad superior» –

«Mis padres son de Bangladés, uno de los países más vulnerables al cambio climático. Mi familia, mi abuela, viven allí, no recibieron ninguna educación y creen que lo que está sucediendo es normal», explica Nosrat Fareha, de 16 años, estudiante en Sídney y nacida en Nueva Zelanda.

«La aldea de la que son originarios mi padre y mi madre sufre inundaciones importantes durante el monzón y mi padre me dice que cada año es peor (…) Mis abuelos deben reconstruir su casa todo el tiempo», asegura la joven que también milita contra un proyecto de mina de carbón en el noreste de Australia.

Hay que «parar los nuevos proyectos de carbón y de gas y pasar al 100% de energías renovables para 2030», aboga. «Si los dirigentes no pasan a la velocidad superior, nosotros debemos hacerlo. Es así de simple».

– «Si desaparece la Tierra» –

«La gente todavía no se ha dado cuenta de que la situación medioambiental es tan crítica que requiere una huelga de estudiantes», estima Aina Koide, estudiante de 21 años que organiza una tímida movilización en Japón.

«Que la gente se desmaye y sea trasladada al hospital debido a un golpe calor se ha convertido en algo normal», asegura Koide.

«Como Greta (Thunberg) me dije que nada tendrá sentido si desaparece la Tierra. Su discurso me lo recordó».

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